"La historia es la gran morgue donde cada cual acude en busca de sus muertos, aquellos a los que amó o aquellos a los que le une algún vínculo de parentesco".
HEINRICH HEINE
"IN MEMORIAM F.A.R"
Orígenes.-
D. Francisco Asensi Rodríguez nació en Ferrol, provincia de La Coruña, en el hogar familiar situado en el número 7 de la calle del Rastro (Ferrol Vello) y a las 14:30 horas del día 2 de enero de 1886. Fueron sus padres D. José Asensi Quintana (1847-1899), natural de Valencia y primer condestable de la Armada Española, y doña María de la Asunción Rodríguez Barcia (1861-?), natural de Ferrol.
Era nieto por línea paterna de D. Manuel Asensi Soler (1817-?), militar natural de Valencia capital, y de doña Isabel Quintana Merino, natural de Benicarló (Castellón), ambos abuelos vecinos de Valencia; y por línea materna de D. Nicolás Rodríguez Sero, de oficio carpintero y natural de La Capela (La Coruña), y de doña Manuela Barcia Vivero, natural de Ares (La Coruña), vecinos ambos de Ferrol.
La temprana muerte de D. José Asensi Quintana, fallecido en Barcelona a las tres de la madrugada del día 19 de febrero de 1899, dos días después de haber regresado a España en el vapor correo "León XIII" procedente de las Islas Filipinas -en cuya colonia de ultramar había combatido contra el Ejército de los Estados Unidos y los insurrectos filipinos durante la "Guerra Hispano-norteamericana"-, marcó de una manera trágica la infancia de sus cinco hijos: dos niñas, Práxedes y Manuela, y tres niños; tres varones cuyos nombres eran Francisco (de 13 años de edad en 1899), Víctor (11 años) y Recaredo Isidoro (4 años).
D. José Asensi Quintana pertenecía al Cuerpo de Condestables de la Armada Española pero al morir, después de cumplir 34 años de servicios efectivos en la Marina, era oficial graduado, concretamente capitán graduado de Artillería de Marina, siendo condecorado a título póstumo con una Cruz del Mérito Militar de primera clase con distintivo rojo en octubre de 1899 (Cruz otorgada por su distinguido comportamiento y heridas sufridas en la defensa de la plaza de Manila, desde el 16 de junio hasta el 20 de julio de 1898).
Este condestable estuvo prestando servicios en ultramar, desde el 29 de noviembre de 1869 en que llegó a La Habana (Cuba) hasta el 23 de julio de 1874 en que regresó a Ferrol; por ello, participó en acciones de guerra como miembro de la Armada Española en la "Guerra de los diez años (1868-1878)", sostenida contra los insurrectos mambises cubanos y de la que España salió victoriosa.
Poseía también una Cruz Roja sencilla del Mérito Militar, otorgada por el ejército alfonsino por su participación en las acciones de Lastaola y en la batalla del monte de Choritoquieta (Oyarzun, Guipúzcoa) contra los carlistas (finales de agosto de 1875), durante la "Tercera Guerra Carlista (1872-1876)" que se desarrolló fundamentalmente en las Provincias Vascongadas y Navarra; y una Cruz del Mérito Naval con distintivo blanco por la terminación de la guerra civil, concedida por los servicios prestados desde el 14 de julio de 1876 hasta el 3 de octubre de 1878.
Vida dura la de este condestable, pues antes de morir llevaba más de tres años sin ver a su familia. Estuvo de nuevo prestando servicios en ultramar desde el 21 de diciembre de 1895, fecha en que salió para el Apostadero de las Filipinas, hasta el día 17 de febrero de 1899 en que regresó, herido y moribundo, a Barcelona falleciendo dos días después.
Recibió cristiana sepultura en el cementerio nuevo de Barcelona.
Recibió cristiana sepultura en el cementerio nuevo de Barcelona.
Su viuda, doña María Rodríguez Barcia, luchó lo indecible para procurar a sus hijos la mejor educación posible, trasladándose a vivir a Madrid. Así, el 15 de abril de 1899, solicitó que sus hijos varones ingresaran en el Colegio de Huérfanos de la Guerra de Guadalajara, y lo logró. Dicha institución educativa, cuya sede radicaba en el Palacio del Infantado de Guadalajara (antaño suntuosa mansión de los Mendoza), fue reinaugurada en 1898 durante la Regencia de Doña María Cristina de Habsburgo-Lorena y constituía un auténtico modelo educativo de enseñanza infantil y juvenil, muy avanzado para la época.
El profesorado de aquel prestigioso centro estaba formado por numerosos oficiales del Ejército. De allí saldrían los tres hermanos Asensi Rodríguez con una excelente formación, que les permitiría ingresar posteriormente en la Academia General de Infantería de Toledo en 1903 (Víctor), 1906 (Francisco, que antes había intentado ingresar en la Marina, sufriendo el infortunio de ver suspendidas las oposiciones de ingreso a la Escuela Naval Militar) y 1909 (Recaredo).
¿Y las niñas?, en absoluto descuidó doña María su formación. Práxedes ingresó en la Escuela Superior de Artes e Industrias de Madrid (precursora de las modernas Facultades de Bellas Artes) y se convirtió en una excelente pintora, siendo alumna y discípula del extraordinario pintor español D. Ignacio Zuloaga Zabaleta, que tenía su estudio-taller en el barrio de las Vistillas de Madrid. Por su parte, Manuela se convertirá con el tiempo en una excelente pianista.
"Cuadro pintado por Práxedes Asensi Rodríguez en la Escuela Superior de Artes e Industrias de Madrid, durante el curso 1900-1901. Su matrícula era la número 6". Archivo Asensi Álvarez |
El autor trabaja actualmente en la redacción de un futuro libro que narrará, con profusa documentación inédita, las vicisitudes y circunstancias que rodearon la vida de todos y cada uno de los miembros de esta familia, desde los albores del siglo XIX hasta el final del siglo XX.
Este blog, anticipándose al mencionado libro, tiene por objeto rendir homenaje al referido capitán D. Francisco Asensi, haciendo una semblanza de su figura e historia familiar, con el objeto de perpetuar su memoria entre sus descendientes y reparar el obligado, injusto y forzado silencio de la historiografía española durante el siglo XX, en relación con el mal llamado "ejército de desaparecidos" del Comandante General de Melilla, General D. Manuel Fernández Silvestre.
"Libro de Oro de la Infantería Española" (1928) Memorial de Infantería. Ministerio de la Guerra de España. |
El capitán Asensi se distinguió en la defensa de la posición de Zoco el- Telatza así como en la posterior retirada hacia la zona francesa de Marruecos, durante los luctuosos sucesos que, a consecuencia del levantamiento de las cabilas rifeñas, acontecieron en la Comandancia General de Melilla en el verano de 1921. Triste suceso de nuestra historia reciente que la historiografía contemporánea enmarca en el episodio histórico "Desastre de Annual".
"Caballería rifeña atacando una columna española" |
Ingreso en el Ejército, carrera militar y destino en Marruecos.-
El capitán Francisco Asensi ingresó en la Academia de Infantería de Toledo el 31 de agosto del año 1906. Tras licenciarse, asciende al rango de segundo teniente, y después de una serie de destinos en el Norte de África y la Península Ibérica (Madrid, Burgos y Alicante) se incorporó, por tercera vez y ya como capitán (ascendió el 6 de mayo de 1918), al Regimiento de Infantería África nº 68 el 15 de octubre de 1920, en la plaza de Melilla, siendo destinado a su nueva unidad: la Primera Compañía del Primer Batallón, tomando el mando de la misma en el campamento de Arrof, donde se hallaba acantonada.
En Arrof quedó dicho oficial prestando servicios de campaña hasta el día 28 de mayo de 1921 en que, cumpliendo las preceptivas órdenes, se dirigió con su compañía a la posición de Monte Arruit, donde pernoctó toda la noche. En aquel momento, no podía imaginar el capitán que en aquella posición serían masacrados, dos meses después, más de tres mil españoles; masacre fruto de la traición e ira rifeña después de la rendición del General Navarro.
Al día siguiente, el 29 de mayo de 1921, continuó la compañía por ferrocarril hasta Melilla, donde quedó de guarnición.
En la plaza de Melilla se reunió D. Francisco con su esposa, doña Piedad López-Blanco Barcelona, e hijos pequeños José Alfredo y María, de 4 y 2 años de edad respectivamente. Podrá así su familia disfrutar de su presencia durante todo el mes de junio y la mitad de julio del año 1921.
Sin embargo, la alegría de estar todos juntos durará poco porque el 20 de julio, como consecuencia del levantamiento de las cabilas rifeñas y la agitación subsiguiente que invadió el territorio del Rif, recibe nuevas órdenes de la superioridad consistentes en incorporarse a la columna móvil del Regimiento de África nº 68.
Hasta aquí la hoja de servicios del capitán pero, siguiendo a Sánchez Regaña y consultando el diario de operaciones de la Comandancia General de Melilla durante aquel mes de julio de 1921, podemos precisar todavía más e intentar reproducir la incertidumbre y los negros presagios que se abatían sobre el ánimo del capitán Asensi y sus hombres.
Según el referido diario de operaciones, la Comandancia apresura sus últimas órdenes, reflejando así el nerviosismo y los movimientos de las unidades que todavía estaban situadas en la plaza de Melilla. Tal y como resulta claramente de los folios 630 y 631 del Expediente Picasso (FC-TRIBUNAL_SUPREMO_RESERVADO, Exp.50, N.3. Imágenes 353 y 354), el día 18 de julio se ordena al Regimiento de África nº 68 que una compañía presente en la plaza de Melilla, la del capitán Asensi, salga el día 19 para el Zoco el- Telatza y que otra, organizada con destinos ("Cía provisional"), releve en Batel, Tistutin y Usugar a la que guarnece dichos puntos que, una vez relevada, marchará a Telatza (se referían a la 3ª compañía del 1er batallón, mandada por el teniente D. Arturo Mandly Ramírez y formada por 103 soldados, más el alférez D. Evaristo Falcó Corbacho; esta cía, que una vez relevada marchará al Zoco, no estaba incluida en la orden de 2 de junio de 1921 por la que se ordena constituir la columna móvil del Regimiento de África).
El capitán Asensi y el teniente Mandly todavía no lo saben pero esta orden tendrá una singular trascendencia en los acontecimientos posteriores. Morir o vivir, para muchos españoles dicho destino dependerá del comportamiento de ambas compañías.
El día 19 de julio, se reitera con urgencia la orden del día anterior en los siguientes términos: "Se ordena a África que se acelere el movimiento de fuerzas ordenado el día 18". Al día siguiente, tras los necesarios preparativos y la organización oportuna de la compañía provisional antes referida, la "1ª del 1º" se pone en marcha intuyendo que algo muy grave está a punto de ocurrir.
En la posición de Igueriben se presentía ya el dramático final y la desmoralización y el desaliento cundían, cada vez más, entre los alrededor de 5.000 españoles presentes en el cercano campamento de Annual, incapaces de auxiliar a sus compañeros sitiados. Las idas y venidas de oficiales a la plaza y al campamento funcionan como una verdadera correa de transmisión de este penoso estado anímico.
Antes de partir hacia su nuevo destino, en la mañana del día 20 de julio, Francisco Asensi se ha despedido de su esposa e hijos con una intuición trágica. No le volverán a ver nunca más.
La primera compañía del primer batallón, incompleta, pues contaba con 4 oficiales, 98 soldados de tropa y cuatro mulos para transportar las municiones y pertrechos, más el caballo del capitán, marchó por ferrocarril hasta Tistutin, continuando después la marcha a pie por jornadas ordinarias los 38-40 kilómetros de distancia hasta el campamento de Zoco el- Telatza de Beni Bu Beker, a cuya estratégica posición llegó a la una de la madrugada del día 21 de julio de 1921.
Cabe imaginar tan agotadora marcha y lo cansados que debieron llegar al Zoco los oficiales, clases y soldados de la compañía. Dura marcha, incluso para el teniente mallorquín D. Juan Mestre Martorell que el año anterior, concretamente el día 23 de abril de 1920, había sido felicitado en la correspondiente orden general por haber realizado el 15 de abril una marcha de resistencia de 330 kilómetros en 8 jornadas ordinarias (a razón de 41,25 kilómetros diarios a pie), dando la vuelta a toda la isla de Mallorca acompañado por una sección de 2 sargentos, 4 cabos y 26 soldados a las órdenes de un capitán. En aquella época, el teniente Mestre Martorell estaba destinado de guarnición en Palma de Mallorca, incorporándose a la primera compañía del primer batallón del Regimiento de África nº 68 el día 26 de febrero de 1921 y haciéndose cargo del mando de la primera sección de su nueva unidad en el campamento de Arrof, a donde llegó el 16 de marzo.
Un día después de la llegada de la compañía al Zoco, el fatídico 22 de julio, ocurrirá el desastre en Annual, tercera derrota de las armas españolas tras "la sorpresa de Abarrán" y la trágica y agónica aniquilación de la posición de Igueriben; derrotas que sellarán el destino del capitán Asensi y el de sus compañeros.
"Puerta y rampa de entrada al campamento de Zoco el Telatza, donde se puede apreciar, a la derecha, el depósito de agua de la posición" Revista de Historia Militar |
"Enfermería del campamento de Zoco el- Telatza" Revista de Historia Militar |
El campamento de Zoco el Telatza de Beni Bu Beker. "El mercado de los Martes".
En el campamento de Zoco el- Telatza de Bu Beker tenía su base la columna móvil del Regimiento de Infantería África nº 68, formada -tras las últimas incorporaciones- por cinco compañías de fusiles (1ª y 3ª del primer batallón, 3ª y 5ª del segundo batallón y 6ª del tercero) y una compañía de ametralladoras (del 2º batallón, una de cuyas máquinas "Hotchkiss Mle 1914" se encontraba en Annual).
En el campamento de Zoco el- Telatza de Bu Beker tenía su base la columna móvil del Regimiento de Infantería África nº 68, formada -tras las últimas incorporaciones- por cinco compañías de fusiles (1ª y 3ª del primer batallón, 3ª y 5ª del segundo batallón y 6ª del tercero) y una compañía de ametralladoras (del 2º batallón, una de cuyas máquinas "Hotchkiss Mle 1914" se encontraba en Annual).
La guarnición fija del campamento estaba constituida por la 5ª compañía del primer batallón, 87 soldados al mando de su capitán D. Manuel Gil Rodríguez, asistido por los tenientes D. Francisco Fernández-Getino Suárez y D. Pedro Pérez Martín; contaba también el Zoco con 22 artilleros, mandados por el teniente D. Aurelio Areñas Molina, que servían cuatro piezas de 90 mm, marca alemana "Krupp", en muy mal estado de servicio excepto una de ellas. Por su parte 6 ingenieros se ocupaban del material de fortificación y de la modernísima estación de telefonía, mientras que 12 soldados bajo el mando del teniente D. José Herrera Balaguer eran destinados a labores de intendencia; para atender a los heridos se contaba sólo con dos sanitarios.
En la posición también estaba destacada la primera sección del quinto escuadrón del recientemente laureado en 2012 Regimiento de Caballería Alcántara, al mando del sargento D. Enrique Benavent Duart e integrada por 26 soldados de caballería y 30 caballos de montura (el alférez veterinario José Montero Montero elevará incluso esta cifra hasta los 33 soldados).
En el cómputo total, 771 oficiales, clases y soldados presentes en el campamento el día 22 de julio de 1921.
En el cómputo total, 771 oficiales, clases y soldados presentes en el campamento el día 22 de julio de 1921.
"Zoco el- Telatza. Revista de Historia Militar" |
En los alrededores del campamento se situaban las distantes posiciones, horquilladas en torno a la cabecera de la circunscripción y guarnecidas por las distintas secciones y compañías del regimiento: Haf, la más lejana y distante 15 kilómetros del Zoco, Arreyen Lao, Sidi Alí, Reyen de Guerruao, Loma Redonda, Siach 1 y 2, Tixera, Morabo de Abd-el-Kader y, por último, Tazarut Uzai (en el extremo sur de la línea). En la posición de Ben Hiddur se situaba otro pequeño destacamento de 31 soldados y 4 ingenieros que servía como medio para transmitir al Zoco de- Telatza las comunicaciones de las posiciones más lejanas por medio del heliógrafo.
El total de efectivos en las referidas posiciones, incluyendo los ya citados 771 del Zoco, era de 1.576 oficiales, clases y soldados. De ellos, 292 pertenecían a la Policía Indígena (9ª mía en su mayor parte) que tenía su cabecera en la posición de Siach (con 192 soldados y 6 oficiales, llamada así para diferenciarla del Zoco el- Telatza), con las avanzadillas de Siach nº 1 y 2. El resto de efectivos de la Policía Indígena estaba distribuido por las restantes posiciones del sector sur, Tazarut Uzai (35), Avanzadilla del Morabo (6), Morabo Abd el- Kader (6), Sidi Yagut (33) y Haf (14, de la 8ª mía).
La relación numérica de víveres existentes en el depósito principal de este territorio, situado en el campamento, obra al folio 417 del Expediente Picasso (FC-TRIBUNAL_SUPREMO_RESERVADO, Exp. 50, N.2). Puede así comprobarse que tenían provisiones suficientes hasta el día 20 de julio de 1921, pues en dicha fecha existían en el Zoco las siguientes: 43.118 raciones de leña para los hornos del campamento, 19.300 raciones de café y azúcar, 6.692 de cebada y 2.175 de paja, 590 raciones de galleta, 8.160 raciones de etapa y 8.450 de harina.
La relación de víveres existentes en fecha anterior, concretamente el 1 de julio de 1921 (un mes antes del desastre), puede consultarse en el folio 423 del Expediente Picasso. Puede así observarse la drástica reducción de las raciones de etapa y de harina: 33.480 raciones de leña para los hornos del campamento, 18.240 raciones de café y azúcar, 10.382 de cebada y 10.748 de paja, 708 raciones de galleta, 24.314 raciones de etapa y 43.080 de harina.
La relación de víveres existentes en fecha anterior, concretamente el 1 de julio de 1921 (un mes antes del desastre), puede consultarse en el folio 423 del Expediente Picasso. Puede así observarse la drástica reducción de las raciones de etapa y de harina: 33.480 raciones de leña para los hornos del campamento, 18.240 raciones de café y azúcar, 10.382 de cebada y 10.748 de paja, 708 raciones de galleta, 24.314 raciones de etapa y 43.080 de harina.
La situación era igualmente angustiosa en este aspecto en el campamento de Zoco el- Telatza, en cuyo depósito principal podían contabilizarse las siguientes municiones:
- 64.293 cartuchos mauser españoles para municiones de fusil.
- 41.600 cartuchos mauser americanos pendientes de reconocimiento (R.O. 16 de enero de 1920).
- 12.000 cartuchos Remington modelo (1871-1889).
- 2.000 cartuchos Remington modelo (1871).
- 66 granadas de mano (modelo nº 1 para tiro de guerra cargadas).
- Había también 506 cartuchos con granada de metralla y 72 con granada rompedora, municiones éstas para cañones de 7 cm. Es de imaginar que existentes en alguna de las posiciones del Territorio.
- 128 cartuchos con granadas ordinarias de una pared , 460 cartuchos con granada de metralla y 8 con bote de metralla, municiones de cañon de 7,5 cm, inexistentes en el Zoco.
- Los 4 cañones de 9 cm existentes en el campamento tenían la siguiente munición: 230 granadas ordinarias modelo 1910, 540 granadas de metralla modelo 1911 y 647 cartuchos de pólvora de 6 a 10 mm y de 1,700 kilogramos.
De modo que al llegar al campamento, el 21 de julio de 1921, la compañía del capitán Asensi se encontró con que el depósito de víveres (que surtía también a las distintas posiciones de la circunscripción sur) estaba casi agotado y era urgentísimo el necesario repuesto.
En palabras del capitán D. Manuel Gil Rodríguez, encargado del depósito de víveres desde el 16 de noviembre de 1920: "Las existencias de víveres eran tan escasas que tuvo que reducirse las raciones de pan a la mitad y de rancho a un solo plato, en lugar de los tres acostumbrados".
Por su parte, el teniente coronel D. Saturio García Esteban, jefe circunstancial de la columna en virtud del correspondiente turno rotatorio, precisaría todavía más al relatar que: "Desde el día 22 de julio se redujo a un rancho la comida del soldado y a media ración de pan por falta de subsistencias en el Depósito de Intendencia y carecer en absoluto de ellas en el Depósito de víveres del cuerpo. El día 24 ya quedaba muy poca agua potable en el depósito de mampostería; la posición no estaba en condiciones de resistir un ataque enérgico, cuya resistencia podía calcularse de dos o tres días".
Como puede apreciarse, cuestión delicada y exasperante hasta el extremo era el abastecimiento de agua al campamento y posiciones dependientes por cuanto había que traerla de las fuentes de Ermila, ¡a 38 kilómetros de distancia! y utilizando para ello dos camiones cuba. Una vez rellenados los depósitos de mampostería y metálico que existían en el Zoco, por medio de camellos se surtía de agua al resto de posiciones del territorio. Otra opción era ir a Tistutin, donde había un depósito de agua que se rellenaba continuamente con el agua traída de los pozos existentes en Nador.
Como sabrá apreciar el lector, con el agua y harina se hace pan, alimento fundamental en la dieta del soldado español en África de modo que la carencia de tan preciados elementos resultaba realmente angustiosa.
Para agravar todavía más la situación, las municiones eran a todas luces insuficientes y escasas para un combate serio y prolongado, muchísimo menos para soportar un asedio generalizado sobre la posición principal, teniendo además que abastecer a las posiciones dependientes del depósito principal. La relación de municiones puede verse en la imagen nº 394 del Expediente Picasso (FC-TRIBUNAL_SUPREMO_RESERVADO, Exp. 50, N.2).
25 de julio de 1921. Una retirada sangrienta. El desastre de Zoco el Telatza.
Desde que se tuvo noticias, en la referida posición de Telatza, del desastre ocurrido más al norte, en Annual, el capitán Asensi se distinguió en la defensa de las posiciones de Siach y Morabo de Abd-el-Kader (campamento de la 9ª mía de la Policía Indígena, próximo al campamento de Zoco el-Telatza), situadas ambas dentro de la conocida como circunscripción sur del dispositivo militar español en el Rif marroquí.
25 de julio de 1921. Una retirada sangrienta. El desastre de Zoco el Telatza.
Desde que se tuvo noticias, en la referida posición de Telatza, del desastre ocurrido más al norte, en Annual, el capitán Asensi se distinguió en la defensa de las posiciones de Siach y Morabo de Abd-el-Kader (campamento de la 9ª mía de la Policía Indígena, próximo al campamento de Zoco el-Telatza), situadas ambas dentro de la conocida como circunscripción sur del dispositivo militar español en el Rif marroquí.
El capitán Francisco Asensi murió en el curso de la sangrienta retirada desde la posición de Zoco el-Telatza hasta las avanzadillas francesas de Hassi Huenzga (Marruecos francés); retirada que tuvo lugar durante la madrugada del lunes, día 25 de julio de 1921, a las 03:30 horas, amparándose la columna en una oportuna y densa niebla, y en completo silencio (después de haber degollado a los perros del campamento), orden y enlace.
La evacuación del campamento había sido decidida horas antes, a las 22:00 horas del día 24 de julio, en un dramático y urgente Consejo de defensa en el que estuvieron presentes, además del teniente coronel jefe de la columna Saturio García Esteban, los oficiales que tenían mando de compañía: capitanes, Apolo Lagarde Leiva (Ametralladoras del II bón), Andrés Molero Pimentel (3ª/II), Francisco Asensi Rodríguez (1ª/I), Francisco Alonso Estringana (9ª mía) y Manuel Gil Rodríguez (5ª/I); tenientes, Francisco Arenas Gaspar (5ª/II), Arturo Mandly Ramírez (3ª/I), Ramón Mille Villelga (Plana Mayor del Regimiento y ayudante del jefe), José Herrera Balaguer (Intendencia) Aurelio Areñas Molina (Artillería); y el alférez Luis Muñoz Bertet (6ª/III). De los doce oficiales presentes en aquel Consejo, sólo cuatro conseguirán llegar a la zona francesa: el teniente coronel García Esteban, los capitanes Gil Rodríguez y Alonso Estringana, y el alférez Luis Muñoz Bertet.
En el Consejo, las deliberaciones examinaron tres posibles itinerarios para la evacuación, como eran salir por la izquierda de Sidi Alí hacia el Guerruao, en dirección a Hassi Uenzga; otro segundo camino, por parecer más corto -pero no menos peligroso-, en la misma dirección, por el desfiladero entre Sidi Alí y Ben Hiddur; y la tercera solución -más correcta y que fue la definitivamente elegida-, consistente en un trayecto más corto que los dos anteriores, pero en su parte final muchísimo más peligroso por ser montañoso, por el pie occidental de los montes de Yebel Ben Hiddur.
Las actas del referido Consejo de defensa se perdieron en la retirada, pues según los supervivientes (García Esteban) las llevaba el teniente Ramón Mille Villelga, que desapareció antes de llegar al Protectorado francés. Será una pérdida irreparable para acreditar documentalmente lo que verdaderamente ocurrió y se dijo en aquella trascendental reunión de oficiales.
Llegada la hora de la evacuación del campamento de Zoco el- Telatza, se colocaron los heridos en artolas y camillas y, aprovechando los momentos en que el numeroso enemigo (unos 2.000 rifeños pertenecientes a las harkas de Beni Buyagi, Metalza y Ain Zorah) había cesado el intenso fuego sosteniéndole lentamente, se emprendió con mucho silencio, cohesión y enlace la marcha. La columna iba perfectamente encuadrada, llevando las secciones de extrema vanguardia (3ª compañía del 1er batallón y 1ª compañía del 1er batallón) y extrema retaguardia, línea cerrando el rectángulo de la columna que lo iba en columna de a cuatro con filas abiertas, dos por cada lado; llevando delante de las compañías centrales el convoy de heridos y detrás las acémilas del tren de combate. Antes de salir se inutilizaron los cañones, quitándoles los anillos, los motores de la máquina de panificación y los motores de los camiones, quitándoles las dinamos y palancas de marcha; se distribuyeron a los soldados las municiones a granel del depósito y, en definitiva, se inutilizó cuanto pudiera aprovechar el enemigo. Además, se dio la consigna de guardar silencio y no fumar.
Al salir del campamento se sufrió fuego enemigo y en la misma alambrada fue muerto el mulo que conducía el botiquín, que no pudo ser recogido (imposibilitando así la posterior cura de los heridos).
Se logró rechazar la agresión, continuando la marcha que fue nuevamente interrumpida por grupos de rifeños, que atacaban por el frente y flanco, trabándose vivo fuego y como se viera que no era posible perder el tiempo -pues no tardaría en amanecer-, con la ayuda del alférez Víctor San Martín, el sargento Cerezo y oficiales de la columna, se logró que la tropa hiciera fuego, avanzando y venciendo totalmente la resistencia que el enemigo oponía a la marcha de la columna. Los siguientes 10 kilómetros se harían con relativa calma y facilidad.
Así marchaba la columna en la oscuridad y envuelta en una densa niebla, que la favorecía. Mientras tanto, el numeroso enemigo seguía la misma marcha por la larguísima loma N.S., de Yebel Ben Hiddur, los rifeños por la cumbre y los españoles por la falda, por el camino que conduce a los montes Fetachas, llevando la columna como práctico, por ser conocedor del terreno, al capitán de la 9ª mía de Policía Indígena, D. Francisco Alonso Estringana (dicho camino fue aconsejado también por el faquir de la mía, Sidi Mohatar).
Al amanecer, despejada la niebla y muy cerca ya de la zona francesa, la columna fue definitivamente emboscada en el desfiladero del "Cuadrilátero", donde sufrió un intenso fuego que dislocó a las fuerzas en retirada. Tal y como relataría el teniente coronel García Esteban al rey Alfonso XIII: "Empezaba a amanecer y se adoptó el orden de combate, sosteniendo las guerrillas nutridísimo fuego por vanguardia y retaguardia al entrar en el cuadrilátero, formado por cuatro montes llamados los Fetachas, cuyas cumbres y faldas estaban cuajadas de moros que nos hacían fuego en todas direcciones; y había necesidad de pasar a la derecha un desfiladero para llegar a la Zona Francesa".
La tercera compañía del primer batallón, mandada por el teniente Arturo Mandly Ramírez, fue la primera unidad en repeler con sus fuegos una agresiva primera emboscada que hicieron los rifeños, apostados en unas grandes chumberas y a la entrada del Cuadrilátero. La columna sufrió, pues, una segunda emboscada en el desfiladero de los montes Fetachas, después de recorrer la diagonal del cuadrilátero que formaba el valle.
La columna se adentró en una inevitable trampa mortal y una verdadera lluvia de balas comenzó a segar las vidas de muchos oficiales, clases y soldados. Un intenso olor a sangre y sudor lo envolvía todo y el llanto de los jóvenes soldados españoles se confundía con los gritos de sus oficiales y el crepitar de los fusiles rifeños y españoles.
Ese horrible llanto de muchos soldados -heridos de muerte-, que en su agonía llamaban con desespero a sus madres, resultaba insoportable. ¡Ay! esas madres, que consumían las horas de una soleada mañana de julio en la muy lejana España, ajenas a tanto dolor y sufrimiento.
A continuación el momento crítico, en el que se ventila el futuro de la columna, pues es necesario tomar posiciones que protejan el paso por el desfiladero hacia la zona francesa. Dos capitanes, Alonso Estringana y Asensi, son conscientes de ello y del enorme sacrificio que hay que hacer para salvar tan apurada situación.
Hacia el monte que domina el desfiladero se lanza, pues, la compañía del capitán Asensi, cargando con ímpetu, pues "la bala es loca y sólo la bayoneta es cuerda y certera". De este modo, la primera compañía del primer batallón no hizo sino honor a una de las épicas estrofas del himno de su regimiento:
"De nuestro Regimiento es la consigna, siempre avanzar; y en alta cima al viento nuestra bandera contemplar. A la cima correr, a la cima llegar. Por la patria luchar para vencer, por la bandera luchar hasta morir".
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"Bandera del Regimiento de África nº 68. Fuente: todocolección.net". |
La vanguardia y el centro de la columna en retirada consiguieron así atravesar el desfiladero de los montes Fetachas e internarse en la zona francesa, seguidos por los supervivientes de la retaguardia y diversos soldados rezagados.
Al mando de su unidad, la legendaria Primera Compañía del Primer Batallón del Regimiento África nº 68 ("1ª del 1er bón"), y asistido por el teniente D. Juan Mestre Martorell, nacido en Buenos Aires pero originario de Mallorca, así como por los alféreces D. Bernardino Bocinos Villaverde y D. Francisco Sánchez Oliva, el capitán Asensi sucumbió al frente de la mayoría de sus 98 soldados y ya a la vista de la avanzadilla francesa, guarnecida por tiradores senegaleses de las tropas coloniales francesas; que no hicieron absolutamente nada para impedir la desgracia y masacre de la vecina tropa española.
Tal y como se refleja en el parte del teniente coronel D. Saturio García Esteban (jefe circunstancial del campamento de Zoco el-Telatza durante la retirada a la zona francesa) dirigido al Excelentísimo Señor Alto Comisario de España en Marruecos y General en Jefe del Ejército D. Dámaso Berenguer y Fusté, fechado el 10 de agosto de 1921 y que obra al folio 772 del Expediente Picasso (énfasis añadido):
"Fue tan rudo el combate que sin respetar la frontera francesa y al pie de una de las avanzadillas de la posición francesa de Hassi Uenzga fueron muertos el Capitán de la 1ª del 1º Asensi y los Tenientes Anisí, Nuñez y Alderete (este último era en realidad alférez). Resto columna entró en la posición.
A juicio del Jefe que tiene el honor de exponer los hechos de esta maltrecha jornada, los capitanes, oficiales y clases muertos lo fueron en aras de su deber sosteniendo el orden y espíritu del soldado y el honor de las armas.
Es cuanto puedo manifestar a V.E, en cumplimiento de lo que se dignó ordenarme.
Dios guarde a V. E. muchos años. Melilla 10 de agosto de 1921".
Por su parte, D. Juan Pando Despierto, en su libro "Historia secreta de Annual" relata también la muerte del capitán Asensi en el capítulo VI de su extraordinario libro, que abrió el camino a muchos investigadores posteriores. Concretamente en el epígrafe dedicado a la retirada de Bu Beker y la pirámide de Uzai y en los siguientes términos:
"Al fin se cruza la frontera. Los hombres, derrengados, se arrojan en medio de <<un bosquecillo>> próximo a Hassi Uenzga, <<sin que hubiese medio ni excitaciones para sacarlos>>, como recordaría el capitán Prats, <<por lo que aquella noche desaparecieron>>. No pocos son muertos, a unos metros de los parapetos franceses, que guardan ominoso silencio. Son los casos del capitán Francisco Asensi Rodríguez, los tenientes Manuel Asaise (sic) de Lucas y Fernando Nuñez, y el alférez Nicolás Alderete Heredia".
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"Teniente Manuel Anisí de Lucas (1898-1921)" |
"Alférez Nicolás Alderete Heredia" |
Conmovedor resultaba el caso del alférez Nicolás Alderete Heredia (Getafe, 1898 - Hassi Uenzga, 1921), muerto junto al capitán Asensi. De la promoción de 1917, era hijo de un teniente de la Guardia Civil y había sido educado en el Colegio de Infantería María Teresa (de hecho, para conmoción de sus antiguos compañeros y profesores, fue el primer alumno de dicho centro caído en el desastre de 1921) siendo destinado a Melilla como voluntario. Su unidad, la 5ª compañía del 2º batallón (compuesta por 113 soldados y 3 oficiales), tuvo una terrible mortandad durante la retirada; sólo sobrevivieron 36 soldados muriendo todos sus oficiales: el teniente Francisco Arenas Gaspar (jefe de la compañía), el teniente Fernando Núñez Chavarría y el propio Alderete. Su familia, desesperada por no tener noticias de Nicolás después del desastre, intentó averiguar lo ocurrido; así, su hermano Miguel, sacerdote de la parroquia de Santa Quiteria en Alcázar de San Juan (Ciudad Real), escribió el 2 de agosto de 1921 una carta dirigida al capitán D. Luis Boix para que hiciese las gestiones oportunas a los efectos de averiguar el paradero de su hermano. El 15 de agosto recibirá la familia la temida contestación: "Muerto en la retirada de Zoco el- Telatza hacia el Protectorado francés. Algunos supervivientes de la zona francesa relataron que ya al iniciarse la retirada se encontraba algo indispuesto, iba montado en un caballo con otro oficial herido, llegando hasta las proximidades de la avanzadilla francesa de Hassi Uenzga", lugar donde fueron muertos los últimos oficiales que quedaron más rezagados en la retirada hacia la zona francesa, entre ellos el capitán Asensi.
Las ruinas de Hassi Uenzga (en la zona del Protectorado francés) se pueden ver actualmente en las coordenadas: 34º, 41'29, 92" N 3º, 16'38, 63" O, elevación 532 metros. Su avanzadilla de tiradores senegaleses estaría a unos 1,5-2 kilómetros aproximadamente, lugar donde fueron muertos, en rudo combate cuerpo a cuerpo, el capitán Francisco Asensi y los oficiales antes citados.
"Los supervivientes de la columna de Zoco el- Telatza estuvieron dos días en Hassi Uenzga. No acabó allí su calvario, pues tuvieron que emprender después una dura y agotadora marcha hasta Camp Berteaux, en un penoso trayecto que les llevó a vadear el río Muluya con las aguas llegando al nivel del pecho de los soldados. En esta dura marcha llegaron a morir, en el margen del río, dos jóvenes soldados a causa del cansancio y una fuerte insolación. Luego continuarían hasta Taurit, donde fueron recibidos y revistados por el famoso mariscal francés Louis Hubert Lyautey; en Taurit montaron en un tren (si la imagen da pie a considerar como tal semejante transporte), dirigiéndose a la ciudad de Orán (Argelia Francesa) donde posteriormente serían embarcados el 8 de agosto, en el vapor "Bellver", con dirección a Melilla".
En la imagen superior, inédita fotografía de los supervivientes de la columna de Zoco el- Telatza que consiguieron llegar a la zona francesa. La fotografía fue tomada en Taourit (importante centro de comunicaciones francés en Marruecos) y en ella puede verse al teniente coronel Saturio García Esteban, montado a caballo y encabezando a sus tropas, que están a punto de ser revistadas por el mariscal Lyautey acompañado de otros oficiales franceses de alta graduación. En esta impresionante fotografía podemos observar también al teniente Víctor San Martín -a la derecha del caballo y con el uniforme, botas de montar y gorra de oficial de la Policía Indígena- y a otros oficiales. El soldado que apoya su mano en el lomo del caballo es el cornetín del regimiento, que acompaña al teniente coronel para dar las órdenes oportunas a través de los correspondientes toques de corneta (como así se hizo en la sangrienta retirada que diezmó a la columna móvil). La fotografía pertenece a los fondos documentales del Instituto de Historia y Cultura Militar de España y fue encontrada por el autor el día 10 de febrero de 2015, junto con una extensa pieza documental que verá la luz en un libro de próxima aparición.
Uno de aquellos supervivientes fue Pedro Campo Solano. Un mes después de la trágica retirada escribió a sus padres, por medio de un compañero (el 70% de la tropa era analfabeta) y en los siguientes términos (se transcribe tal cual): "Chafarinas 26 de Agosto 1921. Sr Don Modesto Campo: Querido padre: Mis deseos son de que al llegar esta ha su poder los alle disfrutando la mas completa salud que es cuanto yo les deseo la mía es mediana desde que sucidio lo que supongo que ustedes estarán enterados en el territorio de Melilla no disfruto completa salud ni puedo comer nada de lo que nos dan porque mi estómago no me lo hadmite por las fatigas que pase y estoy pasando. Padre si por casualidad ustedes no están enterados de lo que en esta paso les voy decir parte de lo sucedido que todo no me es posible que es muy larga la istoria mía: Padre todo el terreno que tenia España ganado desde el año nueve hasta la fecha todo esta en poder de ellos, el dia 25 dia De Santiago tuvimos que abandonar los campamentos y echarnos a las posiciones de Francia dejando todo el camino lleno de Muertos salimos del campamento mil quinientos hombres y llegamos a Francia 4 cientos. Los demás se quedaron en manos de los rebeldes y los pocos que quedamos puede decir que quedamos rebentados que apenas podemos vivir con los alimentos que nos da con que les de que si quieren y pueden mandarme alguna cosa la que buenamente puedan no perjudicándolos ha ustedes ...". En la fotografía inferior puede verse un extracto de esta carta. El original pertenece al archivo de su nieto, D. Blas Broto Campo.
La historia de Pedro Campo, natural de Costean (Huesca), resulta extraordinaria. Destinado en la posición de Sidi Alí con su compañía, la 1ª del 2º batallón del regimiento África nº 68 (116 soldados a las órdenes del capitán Pedro Prats García), en menos de 2 horas este robusto aragonés tuvo que hacer frente a dos repliegues peligrosísimos; el primero desde lo alto de un pico montañoso (donde estaba enclavada la posición de Sidi Alí) hasta el campamento de Zoco el- Telatza y el segundo, inmediatamente después, hacia la zona francesa. El capitán Pedro Moreno Muñoz (jefe de la cercana posición de Loma Redonda, que se replegó previamente a la de Sidi Alí para efectuar juntas el descenso hacia el Zoco) relatará lo sucedido en el folio 1.278 del Expediente Picasso y en los siguientes términos: "Descendieron de a uno de la posición y al llegar al llano, momento en el que fueron agredidos con intenso fuego, formaron tres guerrillas, en cuya disposición avanzaron hacia el Zoko, haciendo fuego y repeliendo hasta con arma blanca la agresión. Tenían convenido con el Zoko avisar su llegada tirando una granada de mano; pero el soldado encargado de ello murió en el camino, por lo que fueron recibidos a tiros por no conocerlos. La fuerza iba bien disciplinada, como lo prueba el que dos veces se les mandara alto y a tierra y obedecieran. En este camino el declarante había tenido diez desaparecidos y tres heridos que llevaban. Al llegar al Zoko estaba formada la columna, por lo que se curó a los heridos y comenzó la retirada. En el Zoko se había concentrado también la compañía que por la tarde había sido destacada eventualmente al campamento de la Policía". Nota del autor: al citar a esta última compañía se refería a la primera compañía del primer batallón, mandada por el capitán Asensi, que fue enviada el día 23 de julio a proteger el Morabo y Siach (campamento de la Policía Indígena). En el zoko se concentraron también el destacamento de Ben Hiddur; los oficiales y el médico de la policía indígena (con 10 policías moros que fueron los únicos que no desertaron de un total de 192); algunos dispersos supervivientes de la posición de Arreyen Lao y el sargento Marcelino Molero Pimentel con los 12 soldados de su pelotón (que se habían replegado desde la avanzadilla de Siach nº 2). FC-TRIBUNAL_SUPREMO_RESERVADO, Exp. 50, N.6.
En la fotografía superior, Pedro Campo con tres de sus siete hijos (uno de ellos, en el centro, sacerdote) a los que relatará lo ocurrido en el primer repliegue que tuvo que afrontar: "Llegando al campamento tuvimos que gritar: ¡No tiréis! ¡No tiréis! ¡Que somos los de Sidi Alí! y así pudimos acogernos al campamento para después echarnos a Francia". La fotografía está fechada en 1959 y pertenece al archivo de su familia.
Nadie mejor que su nieto, Blas Broto Campo, para hablarnos de él, honrar su memoria y hacer esta reseña biográfica: << Pedro Campo tenía unos 22 años cuando fue destinado a "África", en Sidi Alí. En julio de 1921 fue uno de los supervivientes que huyeron de Zoco el- Telatza hacia Argelia. A lo largo de su vida contó muchas anécdotas y recuerdos de lo allí vivido. Desde Sidi Alí, Nador, Chafarinas... escribió unas cartas a sus padres, que conservo y voy a publicar en un blog, atendiendo a las indicaciones de Jorge. Tuvo siete hijos, murió en 1978, y su vida estuvo totalmente vinculada a su pueblo, Costean, donde trabajó de agricultor por sus secanos campos, cultivando trigo, cogiendo olivas, higos... o cazando tordas. Fue analfabeto. Su medio de locomoción habitual era una pequeña burra ("burreta" la llamaba) con la que se desplazaba al monte y transportaba las cargas en cuévanos. En mis recuerdos lo identifico con una boina, un pantalón de pana y su burreta: parecida a esas burras pequeñas, nerviosas, que corretean en los documentales de Palestina... En Costean apenas había caminos que permitieran el paso de ruedas, las sendas eran pequeños barrancos naturales, tramos escarpados, escalones de piedras areniscas... Su burreta era idónea para él.
En las tardes de invierno, junto al tizón del fuego de la cadiera, contaba a sus hijos las historias vividas en África. A mí, por aquellos agrestes montes, encaramados sobre la burra (yo delante, entre el regazo de sus piernas) me contaba muchas anécdotas y recuerdos de cuando "los moros". De todas había una que destacaba:
"En una retirada pasó tanta sed que quedó ciego, sin posibilidad de ser asistido; sus compañeros lo asentaron sobre una sombra donde se vieron obligados a dejarle abandonado. Inmediatamente le entraron ganas de orinar (quizás de miedo...) e hizo un cuenco con sus manos para orinarse en él y sorber y lavarse la cara... Me contaba que, inmediatamente, recobró la vista, cogió fuerzas y pudo alcanzar a sus compañeros (un oftalmólogo me dijo que quizás la urea -que es cicatrizante- le curó la conjuntivitis aguda que pudo sufrir)".
Gracias a haber recuperado sus cartas, días antes de que desaparecieran con la demolición de su casa, pude saber que estuvo en la retirada de Zoco el-Telatza. No menciona sitios, pero cuenta que de mil quinientos sólo se salvaron cuatrocientos... Soy descendiente de un buen hombre que salvó su vida gracias al azar del destino y a que un ascendiente de Jorge sacrificó su vida para ello. Por eso estoy en deuda con Jorge y agradecido de que a mi abuelo Pedro Campo le haga un sitio en este blog dedicado a honrar la memoria del capitán Francisco Asensi (Q.E.P.D.) >>. Blas Broto Campo (nieto de Pedro Campo). En la imagen superior, listado de los 26 soldados y clases supervivientes de la posición de Kudia Sidi Alí, entre los que aparece el soldado de 2ª Pedro Campo(s) Solano (14). La primera compañía del segundo batallón del Regimiento África nº 68 tenía sus efectivos repartidos en tres posiciones: además de Sidi Alí, en la cercana altura de Ben Hiddur estaban destacados 30 soldados a las órdenes del teniente D. Manuel Alfonso Crespo y 4 ingenieros; en la lejana Reyen de Guerruao había 25 soldados y 3 ingenieros a las órdenes del alférez D. Bartolomé León León. Casi todos los soldados que entraron en la zona francesa llevaban su armamento y muchos cerrojos de fusiles abandonados; al llegar a la posición francesa y pasada una avanzadilla de negros que tenía, muchos soldados, rendidos y exhaustos, se quedaron descansando por lo que llegaron más desordenadamente y todos abrasados por la sed. Folio 1.722 del Expediente Picasso. FC-TRIBUNAL_SUPREMO_RESERVADO. Exp. 51, N. 6. Archivo Histórico Nacional. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
En la fotografía superior, Pedro Campo con su esposa, Antonia Mur Turmo. Para leer más sobre él y su maravillosa familia el autor recomienda el blog editado por su nieto Blas Broto Campo (con la dirección http://pedroenelrif.com/ ). Podrá así el lector ver fotos de su querida "burreta" y apreciar lo entrañable de tantos recuerdos y fotos familiares. Tuvo Pedro Campo una vida plena, intensa, muy laboriosa y familiar; sea también su recuerdo un homenaje a las vidas truncadas de tantos jóvenes que allí quedaron, en las inhóspitas y desérticas arenas del Rif marroquí.
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A lo largo de las diversas entradas de este blog, trataré de publicar la numerosísima documentación existente sobre su persona para que el lector pueda hacer una aproximación lo más veraz y rigurosa posible a los hechos que ocurrieron durante el verano de 1921 en la posición de Zoco el- Telatza.
Actualmente estoy analizando el expediente previo de apertura de juicio contradictorio que fue instruido para la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando al capitán Asensi así como la documentación relativa al Expediente Picasso, que se encuentra totalmente digitalizada en el portal de archivos españoles ("PARES") del Ministerio de Cultura.
Sirva también este blog de emocionado recuerdo a todos los oficiales, clases y soldados que formaron parte de la columna de Zoco de T´latza. Especial mención merecen los oficiales caídos al frente de sus soldados en cumplimiento del sagrado deber del Arma de Infantería:
Capitanes: D. Apolo Lagarde Leiva, D. Andrés Molero Pimentel, D. Francisco Asensi Rodríguez, D. Antonio Alcaine Albiñana, D. Ernesto Rodríguez Chacel.
Tenientes: D. Ramón Mille Villelga, D. Manuel Anisí de Lucas, D. Fernando Núñez Chavarría, D. Francisco Arenas Gaspar, D. Juan Mestre Martorell, D. Emilio Sancho Hernández, D. Francisco Fernández Getino Suárez, D. Arturo Mandly Ramírez, D. Elías Bernal González, D. Miguel Morales Delgado y D. Aurelio Areñas Molina y D. José Herrera Balaguer.
Alféreces: D. Nicolás Alderete Heredia, D. Francisco Dueñas Sánchez y D. Bartolomé León León.
... y tantos y tantos soldados españoles que murieron bajo el sol abrasador del monte Bubris y el macizo de Ben Hidur durante el mes de julio de 1921.
Por Real Orden de 17 de marzo de 1928 (Diario Oficial del Ministerio de la guerra nº 64, de 21 de marzo del mismo año), tras comprobar que doña Piedad López-Blanco Barcelona es viuda del capitán de Infantería, desaparecido en campaña D. Francisco Asensi Rodríguez, el Rey Alfonso XIII (q. D. g) tuvo a bien concederla la Medalla de Sufrimientos por la Patria, sin pensión, como comprendida en el artículo primero del Real Decreto de 17 de mayo de 1927 (D.O. Núm. 109).
Del mismo modo, por Real Orden de 12 de marzo de 1928 (Diario Oficial del Ministerio de la guerra nº 38, de 13 de marzo del mismo año), tras comprobar que doña María Rodríguez Barcia es madre del capitán de Infantería, desaparecido en campaña D. Francisco Asensi Rodríguez, el Rey (q. D. g) tuvo a bien concederla también la misma Medalla de Sufrimientos por la Patria.
"Medalla de Sufrimientos por la patria (1928)". Cinta negra correspondiente a familiares de fallecidos en Campaña (R.D. 17 de mayo de 1927). |
"Capitán Francisco Asensi (1886-1921)". Archivo familiar del autor |
"Pieza del mes de Julio y Agosto de 2012 Archivo Histórico Nacional". |
"Viuda del capitán Francisco Asensi, Doña Piedad López-Blanco Barcelona (1895-1994)". Archivo familiar del autor |
Estimado lector, dejo para una entrada posterior el análisis exhaustivo y pormenorizado del expediente previo de apertura de juicio contradictorio para la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando al capitán D. Francisco Asensi. No obstante, por su interés y ser testimonio del valor, heroísmo y espíritu de sacrificio demostrado por dicho oficial, transcribo a continuación la declaración jurada del capitán D. Francisco Alonso Estringana, oficial al mando de la 9ª mía de Policía Indígena, prestada ante un Juez militar y reproducida ante el Juez Instructor del referido juicio contradictorio, D. Jacinto Fernández Ampón, a la sazón Teniente coronel del Regimiento de África nº 68 (énfasis añadido):
“En el campamento de Tafersit y a los quince días del mes de Noviembre de mil novecientos veinte y tres, ante el señor Juez y presente secretario, compareció el Capitán anotado al margen y advertido con arreglo a lo dispuesto en el artículo 451 del Código de Justicia Militar de la obligación que tiene de decir verdad y de las penas en que incurre el reo de falso testimonio, juró por su honor ser veraz en cuanto supiere y fuere preguntado.
A las generales de la ley: Conforme al artículo 453 de dicho Código, dijo llamarse como queda dicho, mayor de edad, soltero, natural de Madrid y en la actualidad prestando sus servicios en la Intervención Militar Jalifiana.
A las generales de la ley: Conforme al artículo 453 de dicho Código, dijo llamarse como queda dicho, mayor de edad, soltero, natural de Madrid y en la actualidad prestando sus servicios en la Intervención Militar Jalifiana.
A tenor de la segunda pregunta dijo: Que conocía al Capitán Don Francisco Asensi Rodríguez, quien al ocurrir los sucesos de julio de 1921 se encontraba en la posición de Siach con su compañía pasando por orden de sus Jefes a la del Zoco de Ulad Bubker donde se concentraba la columna, demostrando en este repliegue valor, y dotes de mando, así como supo conservar en sus tropas serenidad y entusiasmo en todo momento.
A tenor de la tercera, dijo: Que en la retirada de la columna a la zona francesa fue una de las compañías que marchó con mayor orden y cuando fue atacada por el grueso de la Harka enemiga, la citada Columna, el Capitán ASENSI comprendiendo que de no ocupar el monte que domina el desfiladero llamado de la Columna el “CUADRILÁTERO”, el paso sería imposible, de su propio impulso, y previa una corta conversación con el que declara se lanzó a la ocupación del monte.
Que ello era empresa heroica, dado las dificultades que por cota, terreno y numeroso enemigo que lo coronaba superior en mucho a las fuerzas de su Compañía, encontrando gloriosa muerte al ser atacado por frente, flanco y retaguardia.
Que al llegar a la posición de Hassi Uenzga, recuerda el dicente haber oído de varios soldados, de los que quedaron rezagados, que el comportamiento de dicho Oficial fue ejemplar y murió luchando hasta el último momento, no recordando los nombres de ellos por el tiempo transcurrido.
A tenor de la cuarta, dijo: Que recuerda efectivamente haber hablado con D. Alfredo López-Blanco al que aconsejó que pidiera la Laureada la familia del Capitán Asensi, dado que durante toda la retirada supo dar constantes pruebas de valor, acierto y entusiasmo que comunicó a sus tropas, y que en el momento crítico no dudó en ir al sacrificio para que la Columna salvara el desfiladero.
Si tiene algo más que añadir, dijo que no, que lo dicho es la verdad en descargo del juramento prestado.
En este estado el Señor Juez dispuso dar por terminada ésta declaración y advertido el testigo del derecho que le asiste para leerla, lo verificó asi, afirmándose y ratificándose en su contenido y firmándola con el Señor Juez de lo que certifica.
En el campamento de Tafersit y a los 16 días del mes de noviembre de 1923".
El testimonio del capitán Francisco Alonso Estringana, tan detallado y preciso, acerca del comportamiento de la compañía del capitán Francisco Asensi en el desfiladero del "Cuadrilátero", que se sacrificó sin duda para proteger la retirada de sus compañeros de la columna, hace necesario traer a colación el Título III del Real Decreto de fecha 5 de julio de 1920, por el que se aprueba el Reglamento de la Real y Militar Orden de San Fernando y relativo a las acciones extraordinarias que podían dar derecho a la Cruz Laureada de San Fernando en aquel tiempo.
El testimonio del capitán Francisco Alonso Estringana, tan detallado y preciso, acerca del comportamiento de la compañía del capitán Francisco Asensi en el desfiladero del "Cuadrilátero", que se sacrificó sin duda para proteger la retirada de sus compañeros de la columna, hace necesario traer a colación el Título III del Real Decreto de fecha 5 de julio de 1920, por el que se aprueba el Reglamento de la Real y Militar Orden de San Fernando y relativo a las acciones extraordinarias que podían dar derecho a la Cruz Laureada de San Fernando en aquel tiempo.
Pues bien, tal y como rezaban los artículos 48 y 49.9 del citado reglamento (énfasis añadido): "Los oficiales de todas las Armas (en este caso Infantería), podrán obtener la Cruz Laureada de San Fernando cuando lleven a cabo alguna de las acciones siguientes:
"9.º Acudir, venciendo dificultades extraordinarias y con elementos inferiores a los que pueda oponerle el enemigo, al socorro de plaza o fuerza propia que se halle comprometida, salvándola, si han mediado reñidos combates que produzcan aquél resultado".
Añadía el artículo 51 del citado reglamento los siguientes apartados generales, en los que debían incurrir los que pretendiesen tener derecho a tan preciada condecoración militar:
"2º En caso de depresión moral de las tropas, producida por muerte del jefe, sorpresa o derrota, retirada obligada o desordenada, o grandes pérdidas sufridas, ser el primero en reaccionar, conteniendo a todos o parte de aquellos, y con actos de vigorosa ofensiva determinar la ocupación de posiciones ventajosas o recuperarlas, así como piezas o baterías, realizándose actos bajo el fuego eficaz del enemigo".
Aquí es preciso recordar que el Capitán Asensi se lanzó a la ocupación del monte de su propio impulso y sin mediar orden inmediata de sus superiores, estando coronada dicha posición por numeroso enemigo, superior a las fuerzas de su compañía; todo ello con la finalidad, lograda posteriormente, de ocupar dicha posición desalojando al enemigo para que la vanguardia de la columna en retirada consiguiese atravesar el desfiladero de los montes Fetachas.
"12º Cuando cualquier general, jefe u oficial, por su propia voluntad e iniciativa y por falta de comunicaciones en el momento con el mando superior (en este caso el Teniente Coronel Saturio García Esteban, que dirigió la retirada), realice actos gloriosos interviniendo en los combates logrando resultados positivos y de indudables ventajas para las operaciones de guerra que se estén ejecutando, coadyuvando su éxito".
Finalmente, el artículo 54.1º del reglamento consideraba que merecerían también la Cruz los que se encontrasen en el siguiente supuesto (énfasis añadido): "Intervenir vigorosamente en una fase difícil del combate en que tropas propias, maniobrando o en posición, hayan sido desordenadas o cortadas, rechazando al enemigo si para ello ha habido que llegar hasta el choque al arma blanca y se le hace perder un tercio de su fuerza, acreditándose lo arriesgado de la acción y la violencia del encuentro por la pérdida de una tercera parte, por lo menos, de las fuerzas propias".
Para acreditar la violencia del encuentro que tuvo que afrontar la primera compañía del primer batallón basta enumerar las bajas que sufrió esta unidad, que ascendieron al número de 44 clases y soldados muertos, más el capitán Asensi y el teniente Mestre Martorell, acreditando así lo encarnizado y rudo que fue el combate sostenido en "el Cuadrilátero" contra el enemigo rifeño. Ello supone casi un 50% de bajas de los oficiales y soldados que formaban los efectivos de la compañía del capitán Asensi (102 hombres, incluyendo a los 4 oficiales), superando así con creces y holgura la cifra de una tercera parte de la fuerza propia, exigida por el Reglamento de la Real y Militar Orden de San Fernando (ex. artículo 54.1º antes citado). Todo ello totalmente conforme a Reglamento, como sin duda podrá apreciar el lector.
Para acreditar la violencia del encuentro que tuvo que afrontar la primera compañía del primer batallón basta enumerar las bajas que sufrió esta unidad, que ascendieron al número de 44 clases y soldados muertos, más el capitán Asensi y el teniente Mestre Martorell, acreditando así lo encarnizado y rudo que fue el combate sostenido en "el Cuadrilátero" contra el enemigo rifeño. Ello supone casi un 50% de bajas de los oficiales y soldados que formaban los efectivos de la compañía del capitán Asensi (102 hombres, incluyendo a los 4 oficiales), superando así con creces y holgura la cifra de una tercera parte de la fuerza propia, exigida por el Reglamento de la Real y Militar Orden de San Fernando (ex. artículo 54.1º antes citado). Todo ello totalmente conforme a Reglamento, como sin duda podrá apreciar el lector.
Huelga añadir que una retirada es, desde el punto de vista táctico, una operación militar peligrosísima, excéntrica, sobre todo si se realiza por la noche, siendo acosada la fuerza en retirada por enemigo superior en número, conocedor del terreno y apostado en las alturas, dominando así una cota superior.
Puede así entenderse, quizás, por qué el capitán Francisco Alonso Estringana consideraba acreedor de la Cruz Laureada de San Fernando a su compañero Francisco Asensi, como así lo comunicó a la familia del finado cuando tuvo la ocasión oportuna.
El lector, sin duda, comprobará por sí mismo que para el autor ha resultado sorprendente descubrir que no era la primera vez que el capitán Alonso Estringana informaba a sus superiores acerca del comportamiento de la primera compañía del primer batallón, si bien no de forma tan detallada, extensa y precisa. Así, obran a los folios 866-875 del Expediente Picasso (FC_TRIBUNAL_SUPREMO_RESERVADO, Exp. 50, N.4) un parte de operaciones y memoria firmados por el capitán de la 9ª mía de Policía Indígena, de fecha 10 de agosto de 1921 y relativo a lo ocurrido en Zoco el-Telatza y en su posterior evacuación.
El referido parte iba dirigido al coronel jefe D. José Riquelme, a la sazón sucesor del coronel D. Gabriel Morales y Mendigutía en la jefatura de la Policía Indígena; Morales había muerto en la desastrosa y calamitosa retirada de Annual, después de haber sido herido en el rostro por un desgarrador gumiazo rifeño.
En dicho parte y memoria puede leerse lo siguiente, en relación con la llegada de la columna en retirada al desfiladero del Cuadrilátero (énfasis añadido):
"Continuada la marcha el resto de la noche casi sin fuego, al amanecer se llegó a la altura de Tazarut Ychabaun, en cuyo momento grupos de caballería atacaron por el flanco derecho, siendo contestado su fuego sin hacer alto en la marcha, recogiéndose los heridos en camillas y artolas.
Como engrosaron seriamente el enemigo por acudir los contingentes que atacaron a Tazarut Uzay se generalizó totalmente el fuego pasando la caballería y fuerzas de policía a batirse en primera línea, teniendo nuevas bajas que aumentaban considerablemente el convoy de heridos. Como fuéramos cortados por nuestro frente, pués el enemigo había ocupado las lomas que dominaban el camino, hubo necesidad de tomar por el monte Bubris, el que conduce a Hassi Uenzga, atravesando parte del macizo de Ben Hidur, en cuyo momento el ataque fue sumamente porfiado, CONSIGUIENDO LA VANGUARDIA PASAR EL DESFILADERO, ANTES DE LO CUAL HABÍA ROGADO AL CAPITÁN ASENSI QUE CON SU COMPAÑÍA CORONARA LAS CRESTAS DE LA IZQUIERDA, mientras que el teniente San Martín solicitaba al Alférez Navarro una ametralladora para emplazarla y sostener el ataque al enemigo que se echaba encima, no concediéndose dicha autorización ignorándose las causas".
Cuando el capitán Alonso Estringana preste su declaración ante el General Instructor Picasso en Melilla, el 19 de agosto de 1921, se remitirá a esta memoria anterior y en los siguientes términos (énfasis añadido):
"De todas estas novedades dió parte el testigo a la superioridad, mediante un resumen que mensualmente elevaba por cartas y a veces verbalmente. Respecto a los sucesos ocurridos desde el 22 de julio dió también un detallado parte memoria a su coronel, a la cual se remite 4ª-56, (esta última anotación numérica, al margen y con lapiz rojo, corresponde al General Instructor Picasso)".
Esta declaración hecha ante el General Picasso puede verse en los folios 223 a 226 del Expediente Picasso (FC_TRIBUNAL_SUPREMO_RESERVADO, Exp. 50, N.1). Concretamente en el folio 224 vuelto.
Del autor de la declaración jurada que acreditaba el comportamiento heroico del capitán Asensi, prestada ante el comandante D. Manuel Canella Tapia (en aquel momento jefe de la Segunda Bandera del Tercio de extranjeros), basta decir que era uno de los mandos de la Policía Indígena que gozaba de mayor autoridad, consideración y prestigio en la Comandancia General de Melilla. No en vano, estaba en posesión de la antigua "Cruz de la Real y Militar Orden de María Cristina", cuya concesión llevaba aparejada en la hoja de servicios del condecorado la distinción de "valor reconocido". La Cruz de María Cristina se destinaba a recompensar grandes hazañas y el valor distinguido en campaña.
El testimonio del capitán Alonso Estringana (Madrid, 1878 - Benejama, 1944), documento inédito localizado por el autor en septiembre del año 2012 en el Archivo General Militar de Segovia después de una ardua labor de investigación histórica, resultaba muy relevante toda vez que fue testigo presencial de los hechos y pieza clave en la retirada de la columna a la zona francesa, como se acredita de la simple lectura del Expediente Picasso en relación con la retirada de Bu Beker.
Quiere ello significar que su declaración jurada no era sólo importante y relevante por lo que decía sino por quién lo decía. El capitán D. Francisco Alonso Estringana fue condecorado, además y a lo largo de toda su carrera militar, con ¡¡quince!! Cruces Rojas del Mérito Militar de 1ª clase (cinco de ellas pensionadas), que se concedían a los oficiales que, con valor, hubieran realizado acciones, hechos o servicios eficaces en el transcurso de un conflicto armado u operaciones militares, que implicaran el uso de la fuerza y conllevaran unas dotes de mando significativas.
Una de sus innumerables cruces del mérito militar con distintivo rojo fue otorgada en 1922, por los méritos y servicios prestados en las operaciones realizadas en la zona de Melilla desde el 25 de julio de 1921 (fecha en que tiene lugar la retirada del campamento de Zoco el- Telatza) a fin de enero de 1922, según Real Orden de 4 de octubre (D.O. Número 227). Con esta condecoración, es indudable que la Administración militar española reconoce, entre otros, los méritos contraídos por el capitán Alonso durante la retirada que costó la vida del capitán Asensi.
Cierran el impresionante historial de condecoraciones otorgadas a dicho oficial las siguientes: Cruz del Mérito Militar de 2ª clase con distintivo rojo, la Medalla Militar de Marruecos con el pasador "Melilla", la Medalla Militar de África con el pasador de "Ceuta", la Medalla de África sin pasador, la Medalla de Campaña de Melilla con cuatro pasadores, la Medalla de Alfonso XIII, la Medalla conmemorativa de campaña con el pasador "Marruecos", la Cruz y Placa de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo (por su conducta intachable), y el Distintivo de 12 años de servicios en la Policía Indígena (que daban derecho al uso de 4 barras de oro en su uniforme).
Es muy probable que el capitán Alonso Estringana tenga el honor de ser el militar español que haya conseguido el mayor número de cruces del mérito militar con distintivo rojo en la historia de nuestro Ejército, pues hasta la fecha no existe documentado el caso de un militar que ostentara u ostente mayor número de cruces rojas que las ¡¡16!! otorgadas al capitán Alonso. Caso éste a todas luces extraordinario.
La singular bravura de este militar se desprende de la lectura de su hoja de servicios, donde pueden leerse episodios como el siguiente: "El 1 de noviembre de 1922, con sus fuerzas, a las órdenes del Teniente Coronel D. Miguel Nuñez de Prado, cuyo Jefe mandaba la extrema vanguardia del General Ruiz Trillo, salió para establecer la posición de Benítez, avanzó sobre las lomas sosteniendo nutrido fuego con el enemigo, rechazando ataques violentos, ganando la línea de posiciones con decisión y ataque, llegando a la lucha cuerpo a cuerpo, teniendo que hacer uso de la pistola para su defensa; resultando herido leve en el cuello y contuso de piedras, con su ánimo y valor protegió la retirada de la columna, haciendo una reacción ofensiva contuvo al enemigo que hostilizaba duramente".
Ahora ya sabemos que lo que más llamaba la atención de él no era su estatura para la época, de un metro con setenta centímetros, sino los más de cien hechos de armas en los que había tomado parte en el territorio del Rif.
Aún impresiona leer la Circular sobre recompensas, relativa a su persona y publicada en el Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, de fecha 16 de enero de 1925 (D.O. Número 12, páginas 136 y 137); en dicha Circular se publica el ascenso del capitán Alonso Estringana al empleo de comandante por méritos de guerra, en virtud del correspondiente expediente de juicio contradictorio. Fue citado en la documentación oficial por el celo e interés puesto en el desempeño de su misión, por su arrojo, serenidad, aptitud y acierto en el mando de las tropas indígenas en el Rif español.
En el referido juicio contradictorio declararon a su favor, entre otros personajes ilustres, los Generales D. Federico Berenguer y D. Miguel Cabanellas, el coronel Riquelme (jefe de la Policía Indígena), el teniente coronel Franco (futuro Jefe del Estado) y el comandante García y Margallo; todos ellos coincidían en considerar al capitán Alonso Estringana merecedor del ascenso al grado de comandante por sus brillantes dotes de mando, valor, serenidad y ser gran conocedor de la actuación a seguir en los problemas del Protectorado español en Marruecos.
Finalmente, el Consejo Supremo de Guerra y de Marina suscribió completamente tan favorables conclusiones.
Era así la segunda vez que el capitán Alonso ascendía a la superior graduación por méritos de guerra pues en el año 1914 había ascendido también al rango de capitán de la misma forma. En 1914 el ascenso por méritos, hechos o servicios de guerra era la recompensa militar más importante después de la Cruz Laureada de San Fernando (por delante incluso de la Cruz de María Cristina según la Ley adicional a la Constitutiva del Ejército de 19 de julio de 1889). Más tarde, en 1918 y tras la creación de la Medalla Militar Individual, pasaría a ocupar el tercer puesto en el orden de importancia.
Examinando en el Alcázar de Segovia su hoja de servicios y la documentación incluida en su expediente personal, con el objeto de redactar una futura biografía sobre él, el autor ha conseguido poner fin a las diversas especulaciones sobre su historial posterior y fallecimiento:
D. Francisco Alonso Estringana se retiró del ejército el día 19 de noviembre de 1940, al cumplir la edad reglamentaria. El 16 de diciembre de 1936 era coronel de caballería y permaneció en situación de disponible forzoso en la primera división hasta la citada fecha de su retiro.
Afortunadamente para él, no participó en la guerra fratricida entre españoles. En mayo de 1936 fue absuelto del delito de sedición por un Consejo de Guerra de oficiales generales republicanos celebrado en Guadalajara (juicio sumarísimo nº 88/1936), demostrándose en dicho juicio que una enfermedad le había impedido incorporarse al destino preceptivo.
Estallada la guerra civil española, por su condición de militar fue denunciado a las autoridades por un maledicente vecino y por ello, detenido el día 28 de julio de 1936, sufrió la pena de prisión en la temible y siniestra prisión de San Antón (Madrid), de tan infausto recuerdo para muchos españoles torturados en la checa habilitada en el citado centro y desde donde salieron muchos otros para ser asesinados en Paracuellos del Jarama. En aquella cárcel estuvo desde el día 29 de julio de 1936 hasta el 30 de enero de 1937, siendo dado de baja del ejército republicano por desafecto al "régimen rojo" (sic) el 17 de diciembre de 1937.
Interesante resulta leer la sentencia dictada por el Jurado Popular de Urgencia nº 4 en el expediente nº 37/1937 (donde intervino también el Juzgado de Instrucción nº 6 de Madrid), FC_CAUSA_GENERAL, 294. Exp. 21 (Archivo Histórico Nacional). En dicha sentencia, de fecha 22 de enero de 1937, se absuelve libremente a D. Francisco Alonso Estringana pues "solo resultaba cierto que no ha sido probado que el inculpado haya realizado acto alguno de desafección al Régimen"; por esa razón, el Ministerio Fiscal retiró la acusación y solicitó la libre absolución. En el acto del juicio, el propio Alonso Estringana había declarado que el día 17 de julio (víspera del alzamiento nacional del 18 de julio) se hallaba en su domicilio no intentando entrar en ninguno de los cuarteles sublevados y sí, por el contrario, efectuó su presentación en la División para ofrecerse al Gobierno añadiendo que no ha pertenecido a ningún partido político ni tampoco a la Unión Militar Española (como se sostenía en las diligencias).
De modo que el coronel D. Francisco Alonso Estringana fue recluido injustamente en la prisión de San Antón, casi 6 meses, por culpa de un maledicente vecino y el odio irracional entre españoles.
Terminada la guerra civil, por orden de 21 de septiembre de 1939 (B.O. Nº 268) se le reintegra en su puesto con la antigüedad de 16 de diciembre de 1936 antes aludida.
Finalmente, uno de los mejores oficiales que tuvo España en el Protectorado marroquí falleció en Benejama (población que en árabe significa "hijo de las tierras fértiles" y que está situada en la provincia de Alicante) el día 19 de abril de 1944, a la edad de 66 años. Contrariando la creencia popular, estaba casado pues su viuda pidió la hoja de servicios del coronel el 16 de junio del mismo año; según el acta de matrimonio contraído el día 11 de mayo de 1934, el enlace se celebró en Madrid con Doña Natalia Calabuig Sanz.
No podía haber encontrado el capitán Francisco Asensi Rodríguez mejor puntal y testigo presencial de su heroico y valeroso comportamiento en el Monte Bubris. De hecho, resulta sobrecogedor leer las declaraciones realizadas sobre el capitán Alonso Estringana por el cónsul de Uxda, D. Isidro de las Cagigas López de Tejada, que, al redactar la correspondiente nota o informe sobre lo ocurrido en la retirada de Zoco el- Telatza, dejó constancia con respecto a dicho oficial de lo siguiente (énfasis añadido): "El cónsul de España en Uxda, en despacho reservado número 50, de 12 de agosto de 1921, ..., hace encomio del capitán D. Francisco Alonso, que antes de abandonar la zona quiso volverse repetidas veces a su puesto y trató de suicidarse dos veces. Sobre su figura no creo preciso insistir, porque sé que el señor cónsul de la Nación en Orán ha trasmitido ya a V. E. sus propias declaraciones". Dicho informe obra al Folio 1.164 de la información gubernativa instruída para esclarecer los antecedentes y circunstancias que concurrieron en el abandono de las posiciones del territorio de la Comandancia General de Melilla en el mes de Julio de 1921. Expediente Picasso.
"En la fotografía superior (ampliación) puede verse al capitán Francisco Alonso Estringana, sentado e identificado con un círculo, junto al Cónsul de Uxda. El cónsul lleva sus características gafas de conducir y gorra (en la segunda fila, de pie, el último a la derecha). En la fotografía inferior puede verse también, en el centro, al coronel Riquelme, jefe de la Policía Indígena, acompañado de otros oficiales del referido Cuerpo y rifeños partidarios de España. Archivo de Santiago Domínguez Llosá.
Quedaba así constancia del buen comportamiento del capitán Alonso durante la retirada. También señalaría el cónsul de Uxda que "los heridos y rezagados durante la retirada fueron abandonados (nota del autor: entre ellos el capitán Asensi y sus hombres, que cubrían la retirada) y en ningún caso se trató de ampararlos", a pesar de que el propio capitán Alonso Estringana, a salvo en la zona francesa y consciente del sacrificio de la primera compañía del primer batallón y del sufrimiento del resto de la columna, quiso volverse a la zona de nuevo para ayudar a los rezagados que trataban, desesperadamente, de alcanzar la salvación en zona francesa.
Otras informaciones del señor cónsul se comprobarían inexactas (por ejemplo, la información relativa a que la persecución rifeña cesó al llegar a la vista de la avanzadilla francesa, cuando la realidad fue que muchos soldados españoles fueron degollados por las gumías rifeñas al pie de las alambradas de la avanzadilla francesa de Hassi Uenzga).
Volveremos, más adelante, a hablar del cónsul de Uxda para contrastar y comparar sus informaciones con lo que verdaderamente ocurrió en la retirada de Zoco el- Telatza, a la vista de toda la documentación oficial y más fidedigna que obra en los archivos oficiales.
Quiere ello significar que su declaración jurada no era sólo importante y relevante por lo que decía sino por quién lo decía. El capitán D. Francisco Alonso Estringana fue condecorado, además y a lo largo de toda su carrera militar, con ¡¡quince!! Cruces Rojas del Mérito Militar de 1ª clase (cinco de ellas pensionadas), que se concedían a los oficiales que, con valor, hubieran realizado acciones, hechos o servicios eficaces en el transcurso de un conflicto armado u operaciones militares, que implicaran el uso de la fuerza y conllevaran unas dotes de mando significativas.
Una de sus innumerables cruces del mérito militar con distintivo rojo fue otorgada en 1922, por los méritos y servicios prestados en las operaciones realizadas en la zona de Melilla desde el 25 de julio de 1921 (fecha en que tiene lugar la retirada del campamento de Zoco el- Telatza) a fin de enero de 1922, según Real Orden de 4 de octubre (D.O. Número 227). Con esta condecoración, es indudable que la Administración militar española reconoce, entre otros, los méritos contraídos por el capitán Alonso durante la retirada que costó la vida del capitán Asensi.
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"Noticia aparecida en julio de 1922 en un periódico de la época. Archivo Javier Sánchez Regaña". |
Cierran el impresionante historial de condecoraciones otorgadas a dicho oficial las siguientes: Cruz del Mérito Militar de 2ª clase con distintivo rojo, la Medalla Militar de Marruecos con el pasador "Melilla", la Medalla Militar de África con el pasador de "Ceuta", la Medalla de África sin pasador, la Medalla de Campaña de Melilla con cuatro pasadores, la Medalla de Alfonso XIII, la Medalla conmemorativa de campaña con el pasador "Marruecos", la Cruz y Placa de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo (por su conducta intachable), y el Distintivo de 12 años de servicios en la Policía Indígena (que daban derecho al uso de 4 barras de oro en su uniforme).
Es muy probable que el capitán Alonso Estringana tenga el honor de ser el militar español que haya conseguido el mayor número de cruces del mérito militar con distintivo rojo en la historia de nuestro Ejército, pues hasta la fecha no existe documentado el caso de un militar que ostentara u ostente mayor número de cruces rojas que las ¡¡16!! otorgadas al capitán Alonso. Caso éste a todas luces extraordinario.
La singular bravura de este militar se desprende de la lectura de su hoja de servicios, donde pueden leerse episodios como el siguiente: "El 1 de noviembre de 1922, con sus fuerzas, a las órdenes del Teniente Coronel D. Miguel Nuñez de Prado, cuyo Jefe mandaba la extrema vanguardia del General Ruiz Trillo, salió para establecer la posición de Benítez, avanzó sobre las lomas sosteniendo nutrido fuego con el enemigo, rechazando ataques violentos, ganando la línea de posiciones con decisión y ataque, llegando a la lucha cuerpo a cuerpo, teniendo que hacer uso de la pistola para su defensa; resultando herido leve en el cuello y contuso de piedras, con su ánimo y valor protegió la retirada de la columna, haciendo una reacción ofensiva contuvo al enemigo que hostilizaba duramente".
Ahora ya sabemos que lo que más llamaba la atención de él no era su estatura para la época, de un metro con setenta centímetros, sino los más de cien hechos de armas en los que había tomado parte en el territorio del Rif.
Aún impresiona leer la Circular sobre recompensas, relativa a su persona y publicada en el Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, de fecha 16 de enero de 1925 (D.O. Número 12, páginas 136 y 137); en dicha Circular se publica el ascenso del capitán Alonso Estringana al empleo de comandante por méritos de guerra, en virtud del correspondiente expediente de juicio contradictorio. Fue citado en la documentación oficial por el celo e interés puesto en el desempeño de su misión, por su arrojo, serenidad, aptitud y acierto en el mando de las tropas indígenas en el Rif español.
En el referido juicio contradictorio declararon a su favor, entre otros personajes ilustres, los Generales D. Federico Berenguer y D. Miguel Cabanellas, el coronel Riquelme (jefe de la Policía Indígena), el teniente coronel Franco (futuro Jefe del Estado) y el comandante García y Margallo; todos ellos coincidían en considerar al capitán Alonso Estringana merecedor del ascenso al grado de comandante por sus brillantes dotes de mando, valor, serenidad y ser gran conocedor de la actuación a seguir en los problemas del Protectorado español en Marruecos.
Finalmente, el Consejo Supremo de Guerra y de Marina suscribió completamente tan favorables conclusiones.
Era así la segunda vez que el capitán Alonso ascendía a la superior graduación por méritos de guerra pues en el año 1914 había ascendido también al rango de capitán de la misma forma. En 1914 el ascenso por méritos, hechos o servicios de guerra era la recompensa militar más importante después de la Cruz Laureada de San Fernando (por delante incluso de la Cruz de María Cristina según la Ley adicional a la Constitutiva del Ejército de 19 de julio de 1889). Más tarde, en 1918 y tras la creación de la Medalla Militar Individual, pasaría a ocupar el tercer puesto en el orden de importancia.
Examinando en el Alcázar de Segovia su hoja de servicios y la documentación incluida en su expediente personal, con el objeto de redactar una futura biografía sobre él, el autor ha conseguido poner fin a las diversas especulaciones sobre su historial posterior y fallecimiento:
D. Francisco Alonso Estringana se retiró del ejército el día 19 de noviembre de 1940, al cumplir la edad reglamentaria. El 16 de diciembre de 1936 era coronel de caballería y permaneció en situación de disponible forzoso en la primera división hasta la citada fecha de su retiro.
Afortunadamente para él, no participó en la guerra fratricida entre españoles. En mayo de 1936 fue absuelto del delito de sedición por un Consejo de Guerra de oficiales generales republicanos celebrado en Guadalajara (juicio sumarísimo nº 88/1936), demostrándose en dicho juicio que una enfermedad le había impedido incorporarse al destino preceptivo.
Estallada la guerra civil española, por su condición de militar fue denunciado a las autoridades por un maledicente vecino y por ello, detenido el día 28 de julio de 1936, sufrió la pena de prisión en la temible y siniestra prisión de San Antón (Madrid), de tan infausto recuerdo para muchos españoles torturados en la checa habilitada en el citado centro y desde donde salieron muchos otros para ser asesinados en Paracuellos del Jarama. En aquella cárcel estuvo desde el día 29 de julio de 1936 hasta el 30 de enero de 1937, siendo dado de baja del ejército republicano por desafecto al "régimen rojo" (sic) el 17 de diciembre de 1937.
Interesante resulta leer la sentencia dictada por el Jurado Popular de Urgencia nº 4 en el expediente nº 37/1937 (donde intervino también el Juzgado de Instrucción nº 6 de Madrid), FC_CAUSA_GENERAL, 294. Exp. 21 (Archivo Histórico Nacional). En dicha sentencia, de fecha 22 de enero de 1937, se absuelve libremente a D. Francisco Alonso Estringana pues "solo resultaba cierto que no ha sido probado que el inculpado haya realizado acto alguno de desafección al Régimen"; por esa razón, el Ministerio Fiscal retiró la acusación y solicitó la libre absolución. En el acto del juicio, el propio Alonso Estringana había declarado que el día 17 de julio (víspera del alzamiento nacional del 18 de julio) se hallaba en su domicilio no intentando entrar en ninguno de los cuarteles sublevados y sí, por el contrario, efectuó su presentación en la División para ofrecerse al Gobierno añadiendo que no ha pertenecido a ningún partido político ni tampoco a la Unión Militar Española (como se sostenía en las diligencias).
De modo que el coronel D. Francisco Alonso Estringana fue recluido injustamente en la prisión de San Antón, casi 6 meses, por culpa de un maledicente vecino y el odio irracional entre españoles.
Terminada la guerra civil, por orden de 21 de septiembre de 1939 (B.O. Nº 268) se le reintegra en su puesto con la antigüedad de 16 de diciembre de 1936 antes aludida.
Finalmente, uno de los mejores oficiales que tuvo España en el Protectorado marroquí falleció en Benejama (población que en árabe significa "hijo de las tierras fértiles" y que está situada en la provincia de Alicante) el día 19 de abril de 1944, a la edad de 66 años. Contrariando la creencia popular, estaba casado pues su viuda pidió la hoja de servicios del coronel el 16 de junio del mismo año; según el acta de matrimonio contraído el día 11 de mayo de 1934, el enlace se celebró en Madrid con Doña Natalia Calabuig Sanz.
No podía haber encontrado el capitán Francisco Asensi Rodríguez mejor puntal y testigo presencial de su heroico y valeroso comportamiento en el Monte Bubris. De hecho, resulta sobrecogedor leer las declaraciones realizadas sobre el capitán Alonso Estringana por el cónsul de Uxda, D. Isidro de las Cagigas López de Tejada, que, al redactar la correspondiente nota o informe sobre lo ocurrido en la retirada de Zoco el- Telatza, dejó constancia con respecto a dicho oficial de lo siguiente (énfasis añadido): "El cónsul de España en Uxda, en despacho reservado número 50, de 12 de agosto de 1921, ..., hace encomio del capitán D. Francisco Alonso, que antes de abandonar la zona quiso volverse repetidas veces a su puesto y trató de suicidarse dos veces. Sobre su figura no creo preciso insistir, porque sé que el señor cónsul de la Nación en Orán ha trasmitido ya a V. E. sus propias declaraciones". Dicho informe obra al Folio 1.164 de la información gubernativa instruída para esclarecer los antecedentes y circunstancias que concurrieron en el abandono de las posiciones del territorio de la Comandancia General de Melilla en el mes de Julio de 1921. Expediente Picasso.
"En la fotografía superior (ampliación) puede verse al capitán Francisco Alonso Estringana, sentado e identificado con un círculo, junto al Cónsul de Uxda. El cónsul lleva sus características gafas de conducir y gorra (en la segunda fila, de pie, el último a la derecha). En la fotografía inferior puede verse también, en el centro, al coronel Riquelme, jefe de la Policía Indígena, acompañado de otros oficiales del referido Cuerpo y rifeños partidarios de España. Archivo de Santiago Domínguez Llosá.
Quedaba así constancia del buen comportamiento del capitán Alonso durante la retirada. También señalaría el cónsul de Uxda que "los heridos y rezagados durante la retirada fueron abandonados (nota del autor: entre ellos el capitán Asensi y sus hombres, que cubrían la retirada) y en ningún caso se trató de ampararlos", a pesar de que el propio capitán Alonso Estringana, a salvo en la zona francesa y consciente del sacrificio de la primera compañía del primer batallón y del sufrimiento del resto de la columna, quiso volverse a la zona de nuevo para ayudar a los rezagados que trataban, desesperadamente, de alcanzar la salvación en zona francesa.
Otras informaciones del señor cónsul se comprobarían inexactas (por ejemplo, la información relativa a que la persecución rifeña cesó al llegar a la vista de la avanzadilla francesa, cuando la realidad fue que muchos soldados españoles fueron degollados por las gumías rifeñas al pie de las alambradas de la avanzadilla francesa de Hassi Uenzga).
Volveremos, más adelante, a hablar del cónsul de Uxda para contrastar y comparar sus informaciones con lo que verdaderamente ocurrió en la retirada de Zoco el- Telatza, a la vista de toda la documentación oficial y más fidedigna que obra en los archivos oficiales.
Para todos los historiadores e investigadores que se han atrevido a intentar esclarecer la verdad de lo ocurrido en el desastre de Zoco el-Telatza es un hecho que el teniente coronel D. Saturio García Esteban había dejado claro que había citado en los correspondientes partes oficiales la conducta de aquellos de sus oficiales, cuyo ejemplo y comportamiento su jefe consideraba meritorio, para ver así "si merecían gracia por parte de sus superiores". Así debe entenderse el parte antes citado de fecha 10 de agosto de 1921, donde se relata la muerte del capitán Asensi y otros oficiales de la columna.
Pero es que también el parte-memoria del capitán D. Francisco Alonso-Estringana resultaba muy esclarecedor en este sentido por cuanto en dicho documento, como se verá más adelante en la siguiente entrada del blog, son continuas y reiteradas las referencias expresas al capitán Asensi y la unidad bajo sus órdenes: "la primera Cía del primer bón".
Advierto al lector que ambos partes, tanto el del teniente coronel D. Saturio García Esteban como el del capitán Alonso Estringana, tenían la misma fecha: 10 de agosto de 1921. El primero de ellos iba dirigido al Alto Comisario de España en Marruecos y General en jefe del Ejército de África D. Dámaso Berenguer y Fusté; el segundo, al coronel D. José Riquelme y López-Bago, que ostentaba en aquella fecha la jefatura de la Policía Indígena en Marruecos.
Pues bien, el artículo 37º del Reglamento de la Real y Militar Orden de San Fernando, disponía lo siguiente (énfasis añadido):
"La apertura del procedimiento para conceder esta Cruz corresponde precisamente al jefe más caracterizado del ejército, escuadra, distrito o apostadero donde se realice el hecho meritorio, y habrá de disponerse dentro del plazo de cinco días, a partir del en que dicho jefe reciba el parte detallado de la acción o episodio militar que lo motiva, y publicarse desde luego en la orden general correspondiente, comunicándolo además al interesado. Cuando los actos que merezcan el abrir juicio contradictorio se realicen por el jefe de fuerzas o barcos independientes o por los capitanes o comandantes de distrito o apostadero que no tengan nombramiento de generales en jefe, corresponderá la apertura del juicio al Ministerio de la Guerra o al de Marina, según los casos, y en las condiciones consignadas anteriormente."
Si se lee detenidamente el parte al que hemos hecho referencia con anterioridad (Folio 772 del Expediente Picasso. FC-TRIBUNAL_SUPREMO_RESERVADO, Exp. 50, N.4), redactado por D. Saturio García Esteban y dirigido al General en jefe del Ejército de África D. Dámaso Berenguer, queda meridianamente claro que dicho general estaba informado del comportamiento del capitán Asensi, concretamente de su muerte en rudo combate, y de los avatares de la unidad que estaba bajo sus órdenes pues en dicho parte, accesible al lector en el portal "pares" del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, son también continuas y extensas las referencias a la primera compañía del primer batallón del Regimiento de África nº 68; en dicho parte se identifica claramente al "Capitán Asensi" como jefe de: "la 1ª del 1º".
Por su parte, el artículo 39º del mismo Reglamento añadía que (énfasis añadido): "Si transcurridos diez días de la acción, el general, jefe u oficial, clase, individuo de tropa o marinería, que se considere acreedor de la Cruz de San Fernando, no ha recibido notificación de haberse abierto el juicio contradictorio, podrá solicitarlo en un plazo de cinco días más".
Esto es algo que indudablemente, ante la inactividad y dejadez de sus superiores, el capitán Asensi no pudo hacer pues, desgraciadamente para él, murió en el combate sostenido en "el Cuadrilátero".
Debo aclarar al lector una extraordinaria circunstancia, en su redacción originaria ningún artículo del Reglamento de la Orden de San Fernando autorizaba para solicitar la preciada cruz a la familia de los interesados; no obstante, dicha autorización se suponía tácita a pesar de que ningún artículo del reglamento fijara el plazo en que podía utilizarse.
Será la instancia promovida por parte de la viuda del honorable coronel D. Gabriel Morales y Mendigutía, pidiendo tal beneficio para su difunto esposo, la que provocará el lógico, ansiado y consecuente cambio normativo.
Así, por Real Decreto de fecha 3 de mayo de 1922 (publicado en el D. O. del Ministerio de la Guerra nº 100, de fecha 4 de mayo de 1922) se procede a incorporar al artículo 39 del citado reglamento un nuevo párrafo segundo del siguiente tenor literal:
"Igual derecho tendrá por un plazo de dos meses, a contar desde el hecho originario, la viuda, hijos o padres, cuando su pariente hubiese fallecido o desaparecido sin utilizar su derecho, aun cuando la muerte o desaparición no conste oficialmente, sino sólo por racionales presunciones".
Resta añadir que el Consejo Supremo de Guerra y de Marina, como Asamblea de la Orden de San Fernando, había sentado la doctrina consistente en permitir la aplicación retroactiva de dicha reforma, teniendo en cuenta la gravosa brevedad de los plazos establecidos primitivamente en el reglamento (ejemplo de la referida aplicación retroactiva es la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando al Comandante Benítez, héroe de Igueriben, en virtud de instancia presentada por su viuda pasados los plazos anteriormente referidos de 5 y 10 días pero no los 2 meses a los que aludía la reforma del artículo 39, contados desde el hecho originario).
De este modo, afortunadamente quedaba una única posibilidad para instar la apertura de juicio contradictorio y ésta era que lo solicitase la propia familia del fallecido, como así sucedería en el caso de la familia del capitán Asensi, cuya viuda se amparó para solicitar tan preciada condecoración en dicho artículo 39, alusivo a los familiares, pero sobre todo teniendo en cuenta también la dicción literal del artículo 40º del Reglamento, a cuyo tenor (énfasis añadido):
"Una vez transcurridos los plazos que fija el artículo anterior, sólo podrá admitirse y tramitarse la solicitud de Cruz de San Fernando cuando así se disponga de real orden, previa la formación de un expediente en el que quede plenamente demostrado, a juicio de la Asamblea, la existencia de una causa legítima que haya impedido en absoluto al interesado formular su petición antes de la fecha en que haya presentado la correspondiente instancia".
De la redacción del artículo 40 transcrito se colige que era perfectamente posible la presentación de instancias fuera de plazo y, por tanto, la no aplicación de los plazos antes referidos, pues dicho artículo otorgaba a la Asamblea de la Orden de San Fernando amplias facultades, a todas luces discrecionales y no regladas, para decidir si eran o no razonables y legítimas las causas que habían impedido a una viuda formular su instancia en tiempo oportuno.
Y ello era un hecho harto frecuente pues normalmente los familiares del desaparecido, ante el oscurantismo y secretismo oficial, tenían conocimiento de las acciones heroicas y meritorias de sus difuntos de manera totalmente casual o fortuita.
Es asombroso descubrir que ocurrió exactamente lo mismo en el caso del Regimiento de Caballería Alcántara nº 14, pues también existió la tramitación de un expediente previo para acreditar las causas que impidieron al recientemente laureado Regimiento formular su petición dentro de los plazos reglamentarios (la solicitud fue presentada también fuera de plazo por el coronel D. Emilio Fernández Pérez el día 27 de diciembre de 1921). Es más, tras el informe desfavorable del fiscal militar, el Consejo Supremo de Guerra y de Marina, como Asamblea de la Orden de San Fernando, en Acuerdo de fecha 7 de abril de 1923 estimó que no debía aconsejarse fuera dictada Real Orden disponiendo la apertura de juicio contradictorio en favor del Regimiento Alcántara, por resultar la solicitud extemporánea conforme al reglamento de 1920. No obstante, no consta que se dictara Real Orden confirmando el criterio de la Asamblea sino que el expediente quedó paralizado y seis años después, el 26 de febrero de 1929, se dictó Real Orden por la que se dispuso la remisión del expediente previo para nuevo informe y acuerdo de la Asamblea toda vez que se insistía en el hecho de que, al accederse a la formación de juicio contradictorio, no se prejuzgaba en definitiva la resolución que debía recaer y que, de no acceder a la petición de apertura,"podrían quedar en la mayor oscuridad actos y merecimientos que tal vez eran dignos de pasar a la historia".
Ello demuestra que la Asamblea era incluso capaz de dejar sin efecto un acuerdo previo desfavorable y aconsejar, dictando un nuevo acuerdo, la apertura del juicio contradictorio, a pesar de las censuras e informes negativos iniciales de la Fiscalía Jurídico Militar. No obstante, a pesar de la efectiva apertura del juicio contradictorio, el expediente quedó paralizado de nuevo en el año 1934, procediéndose a la reanudación de su tramitación en el año 2010, después de tan largo paréntesis.
Inexplicablemente, la administración militar española no investigó exhaustiva y acertadamente el comportamiento de Asensi y sus hombres sino todo lo contrario, como más adelante detallaremos.
Y ahora sí, aquí mismo, se alza contundente el informe del Fiscal Militar Togado del Consejo Supremo de Guerra y de Marina, D. Ángel Romanos, cuando afirma lo siguiente en los folios 67 y 68 de dicho documento, que tiene fecha de 28 de junio de 1922 (énfasis añadido):
"De lo doloroso pasemos a lo grato, a lo consolador, a los buenos hechos, a las acciones brillantes que desgraciadamente son pocas en los sucesos de Julio, o más bien, desgraciadamente se han podido consignar pocas, o por muerte a manos del enemigo, o por falta de información debida a que muchos testigos, o ya no existen o están prisioneros, o no han declarado por una u otras causas.
(...)
... y sin contar los verdaderos héroes que supieron morir en sus puestos, como los de Abarrán, Igueriben, Annual, Monte Arruit y otras posiciones; los Flomesta, los La Paz, los Primo de Rivera, los Sánchez Monge, los Aguilar de Mera, los Marquerie, los Sahun, los Benítez, los Velázquez, los Nougués, los Escribano, Aguado, los Verdiguer, los Navarro Zaragoza, los Amador, los Graciá y tantos y tantos otros, que acaso no habrá sabido encontrar el Fiscal, entre los folios de la Información o que acaso queden para siempre desconocidos, por no tenerse noticias de las posiciones en que sucumbieron; como quedarán desconocidos los soldados que con ellos supieron morir, hasta ser aniquilados, defendiendo sus puestos y cayendo al lado de sus Oficiales.
No, no estaban tan desmoralizadas como se decía, en comunicaciones oficiales, las fuerzas de la Comandancia General de Melilla, donde supieron ser mandadas, supieron cumplir con su deber o morir dignamente. No era espíritu lo que faltaba, era Mando, organización y orientación.
Y como no es posible aquí detallar todo ello, PARECE NATURAL QUE, ASÍ COMO SE ABRIÓ UNA INFORMACIÓN PARA DEPURAR RESPONSABILIDADES, SE AMPLIE O SE ABRA OTRA PARA DETERMINAR MÉRITOS O DISCERNIR RECOMPENSAS."
Se podía decir más alto pero no más claro, el Fiscal Togado militar, después de afirmar la posible existencia de otros oficiales cuyo comportamiento fue meritorio y destacado, reconoce que no ha podido hallar a todos ellos entre todos los folios del Expediente Picasso. Todo un ejercicio de honradez y honestidad intelectual de un prestigioso profesional de la Fiscalía Jurídico Militar.
El lector puede leer los citados folios 67 y 68 de dicho informe en el Expediente Picasso (FC-TRIBUNAL_SUPREMO_RESERVADO, Exp. 51, N.22. Archivo Histórico Nacional).
Y se preguntará el lector: ¿Merecían verdaderamente aquellos hombres gracia por parte de sus superiores?, interrogante que se han planteado muchos autores e investigadores para llegar muchos de ellos a la conclusión de que por supuesto que la merecían, muchos más de los que fueron efectivamente recompensados, pero la triste realidad es que la magnitud del desastre, con sus derivaciones políticas; el carácter secreto y reservado de las investigaciones en el seno del proceso instruido para la exigencia de responsabilidades; la frenética actividad y convulsión en la vida parlamentaria de la época que provocó el "Desastre de Annual"; y, finalmente, la Dictadura del general D. Miguel Primo de Rivera, proclamada en septiembre de 1923 para poner fin a una situación que socavaba los fundamentos del sistema político vigente y amenazaba con herir seriamente a la monarquía de D. Alfonso XIII, resultaron determinantes.
Todas estas circunstancias, unidas al forzado y deliberado olvido institucional posterior, sepultaron y ocultaron durante décadas la historia de aquellos hombres que pagaron con el mayor de sus sufrimientos y el sacrificio de sus vidas los errores políticos y militares ajenos. En la inercia del olvido, se negó injustamente a los descendientes y familiares de los fallecidos en aquella tragedia el ejercicio del legítimo derecho de acceso a los archivos militares a fin de conocer la suerte de sus deudos.
Derecho éste último, que ahora sí está plenamente reconocido en el artículo 105. b. de la Constitución Española de 27 de diciembre de 1978, a cuyo tenor: "La Ley regulará: El acceso de los ciudadanos a los archivos y registros administrativos, salvo en lo que afecte a la seguridad y defensa del Estado, la averiguación de los delitos y la intimidad de las personas".
En el mismo sentido, los artículos 35, apartados a) y h) y 37.1 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo común, éste último dispone que: "Los ciudadanos tienen derecho a acceder a los Registros y a los documentos que, formando parte de un expediente, obren en los archivos administrativos, cualquiera que sea la expresión gráfica sonora o en imagen o el tipo de soporte material en que figuren, siempre que tales expedientes correspondan a procedimientos terminados en la fecha de la solicitud". Sin olvidar la legislación específica de desarrollo, constituida por la Ley de 25 de junio de 1985, del Patrimonio Histórico Español y el Real Decreto 2598/1998, de 4 de diciembre, por el que se aprueba el Reglamento de Archivos Militares.
No, el General D. Dámaso Berenguer y Fusté, conocedor de lo ocurrido en la retirada de la columna de Zoco el- Telatza y el comportamiento de la primera compañía del primer batallón, no ordenó, como aconsejaba el fiscal militar, la apertura de una información para determinar los méritos o discernir posibles recompensas a las que pudieron tener derecho los oficiales caídos en combate junto a sus soldados.
Quizás porque, desgraciadamente para los hombres de la primera compañía del primer batallón, el general Berenguer tenía sus propias preocupaciones. Así, fue procesado por el delito de negligencia y, por sentencia de fecha 26 de junio de 1924 dictada por el Consejo Supremo de Guerra y de Marina, condenado a la pena de separación del servicio y pase a la situación de reserva, en la causa contra el Mando que siguió a la instrucción del Expediente Picasso, por sus responsabilidades en el desastre de Annual y el derrumbamiento de la Comandancia General de Melilla en el verano de 1921 (FC-TRIBUNAL_SUPREMO_RESERVADO, Exp.51, N. 21, Folios 6.409 a 6.417. U. 21ª Pieza de la Causa en única instancia instruida para depurar las responsabilidades en que pueda haber incurrido el Mando con motivo de los sucesos desarrollados en el territorio de la Comandancia General de Melilla en los meses de julio y agosto de 1921. Archivo Histórico Nacional).
Con todo, a pesar de la gravedad de los hechos, disuelto en 1923 el régimen constitucional por el golpe de estado de D. Miguel Primo de Rivera y Orbaneja, el general Dámaso Berenguer fue indultado por el rey Alfonso XIII (Real Decreto de 4 de julio de 1924 y Real Orden Circular de 8 de julio, folio 6.420 de la 21ª Pieza de la Causa en única instancia instruida para depurar las responsabilidades) nombrándole, además, Teniente General y jefe de su cuarto militar; no sólo eso sino que incluso llegaría a ser nombrado más tarde, en 1930, Presidente del Consejo de Ministros del Gobierno de España durante la época del Directorio Militar conocida como "dictablanda"; es decir, se nombró nada más y nada menos que Presidente del Gobierno de España a uno de los mayores responsables del peor desastre militar de la historia militar contemporánea española, tragedia que causó la muerte de más de 10.000 compatriotas.
"El rey Alfonso XIII y D. Miguel Primo de Rivera" Bundesarchiv |
El otro responsable principal de tal hecatombe, el general D. Manuel Fernández Silvestre, había muerto ya, ajeno a todos sus deberes militares, pues pereció suicidado en su tienda de campaña en plena hoya de Annual, pasado el mediodía del 22 de julio de 1921, mientras la tropa española salía a trompicones y completamente desorganizada del campamento, buscando el imposible resguardo del escarpado desfiladero del Izzumar.
Proclamada la Segunda República, el general Dámaso Berenguer fue procesado de nuevo en 1932, esta vez por los fusilamientos de Jaca (Huesca). La sentencia definitiva, dictada en 1935, sería absolutoria; el fallo favorable sobrevino durante la época del gobierno de la CEDA (Gil Robles) y el Partido Radical (Alejandro Lerroux), en el famoso "bienio radical-cedista".
De esta manera, nunca el deseo de justicia de tantos protagonistas verá colmadas sus legítimas aspiraciones, condenando por otra parte al más injusto de los olvidos a quienes supieron morir dignamente, cumpliendo con su deber hasta con el sacrificio de la propia vida.
Pero la familia del capitán Francisco Asensi Rodríguez tuvo mucha suerte, una conversación fortuita del suegro del capitán, D. Alfredo López-Blanco y Carrera, con el capitán Francisco Alonso Estringana vino a paliar la incertidumbre y dudas familiares en relación con la desaparición y suerte sufrida por su pariente, despejando así todas las incógnitas familiares.
En aquel tiempo D. Alfredo López-Blanco y Carrera ostentaba el cargo de Director del Matadero municipal de Melilla (era también miembro de la Junta de Arbitrios y llegaría a ser Jefe de negociado del Ayuntamiento de Melilla) y no paró de investigar hasta poder averiguar las circunstancias en las que desapareció su yerno.
Doña Piedad López-Blanco Barcelona, viuda de Asensi, no vivía en Melilla en aquel tiempo. Para evitar el doloroso e irrespirable ambiente de Melilla después del desastre, se había trasladado con sus hijos pequeños a casa de su hermana Dolores en Motril (Granada). Dolores estaba casada con el comandante de infantería D. Ceferino Villalón Dombriz, hermano del que sería en los años 1958-1960 Alcalde de Melilla y Procurador en Cortes: D. Juan Villalón Dombriz.
La familia quedó muy sorprendida por el testimonio del capitán Alonso Estringana cuya actitud es digna de todo elogio. Quizás, sorprendido por el hecho de que las acciones realizadas por su compañero no hubiesen sido debidamente recompensadas, por ello animó a la familia a pedir la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando.
Y aunque será la viuda del capitán, doña Piedad, quien formulará la instancia oportuna solicitando la Cruz Laureada de San Fernando para su difunto esposo, es indudable que debe considerarse al capitán Francisco Alonso Estringana como promotor indirecto de dicho expediente.
El testimonio del capitán Alonso Estringana acerca de lo que ocurrió cuando la columna, al clarear el día 25 de julio de 1921, llegó al monte Bubris e intentó atravesar el desfiladero del macizo de Ben Hidur, sufriendo nutridísimo fuego por parte de los moros que coronaban las alturas y causaban numerosas bajas en la columna, debió impresionar sobremanera tanto al Juez Instructor del expediente previo de apertura del juicio contradictorio como al coronel auditor, D. Manuel del Nido y Torres, que fue coronel jefe del Tribunal Militar de Derecho de Tetuán y dictaminó favorablemente en dicho expediente previo de apertura.
Así, el otrora Ministro de la Guerra de España en el gabinete de D. Manuel García Prieto (desde el 26 de marzo de 1923 hasta el 15 de septiembre del mismo año), el ferrolano General D. Luis Aizpuru Mondéjar, que en aquel momento (1924), en plena Dictadura de D. Miguel Primo de Rivera y Orbaneja, ocupaba el puesto de Alto Comisario de España en Marruecos y General en Jefe del Ejército de África dio su conformidad con el anterior dictamen del coronel auditor de su cuartel general y procedió a ordenar la remisión del expediente del capitán D. Francisco Asensi al Consejo Supremo de Guerra y de Marina (en la actualidad Sala V de lo Militar del Tribunal Supremo), como Asamblea de la Orden de San Fernando, para que dictase la resolución pertinente de conformidad con el artículo 40 del Reglamento de la Real y Militar Orden de San Fernando (aprobado por Real Decreto de 5 de julio de 1920).
Y EL EXPEDIENTE DEL CAPITÁN ASENSI LLEGÓ A MADRID...
Por resolución de fecha 5 de febrero de 1924, dictada por el Alto Comisario de España en Marruecos, se ordenó la remisión del expediente al Consejo Supremo de Guerra y de Marina. Dicho alto Cuerpo lo recibió el día 19 de febrero de 1924 por lo que, al día siguiente, acordó en Pleno que procedía pasar el expediente para su dictamen por parte del Fiscal militar y luego al Togado.
Veamos, pues, lo que dictaminó el Fiscal Militar el 25 de marzo de 1924 (énfasis añadido):
"Fiscal Militar dice: que a los fines del artículo 43 del Reglamento vigente de la Real y Militar Orden de San Fernando, remite el General en Jefe del Ejército de operaciones en Marruecos, el expediente previo instruido en averiguación de las causas que impidieron a Doña Piedad López-Blanco, Viuda del Capitán de Infantería Don Francisco Asensi y Rodríguez, formular en tiempo oportuno la petición de juicio contradictorio a favor de su esposo.
Resulta de lo actuado: que según la instancia, el Capitán de Infantería Don Francisco Asensi se encontraba con una compañía del Regimiento de África nº 68 en la retirada del Zoco de Telatza el día 25 de julio de 1921 y comisionado (Nota del autor: debería decir aquí "de su propio impulso", tal y como declaró el capitán Don Francisco Alonso Estringana y constaba en el referido expediente previo; no fue comisionado pues no se le ordenó tal cosa sino que por su propia iniciativa, de su propio impulso, se lanzó a la ocupación del monte; esta circunstancia podría tener gran trascendencia en una posible revisión del expediente pues refleja que, en virtud de la investigación llevada a cabo por la Administración militar española, aparecía en el expediente un hecho meritorio nuevo, muy relevante y hasta entonces desconocido, con las consecuencias que más adelante se desvelarán) con su compañía para tomar posiciones que protegiesen el paso de nuestras tropas por el desfiladero llamado "el Cuadrilátero" y que al cumplir su misión teniendo que batir numeroso enemigo, encontró al frente de los suyos gloriosa muerte.
Dicha instancia fue promovida con fecha 4 de junio de 1923 y ordenado por la superioridad la formación del oportuno expediente con arreglo al artículo 40, en él se insertan declaraciones de la recurrente Doña Piedad López-Blanco (folio 19 vuelto), la de D. Alfredo López-Blanco (folio 29) y la del Capitán Don Francisco Alonso (folio 35 vuelto).
La primera, después de afirmarse y ratificarse en su instancia (Nota del autor: en declaración jurada ante un Juez Militar, el 22 de julio de 1923 en Motril (Granada), y advertida de la obligación que tenía de decir verdad y de las penas en que incurría el reo de falso testimonio), dice no la produjo hasta el día de la fecha porque no estaba hasta entonces enterada de los detalles de la muerte de su marido, de que le puso en conocimiento su padre Don Alfredo López-Blanco, y que ignoraba hubiere plazo marcado para solicitar lo que pide. Don Alfredo afirma en su atestado que conoció los hechos que después refirió a su hija por oirlos referir al Capitán Alonso sin poder precisar en qué día se los refirió. Por último el Capitán Alonso en su primera declaración dice que considerando que los hechos ejecutados por el Capitán Asensi y presenciados por el declarante podían calificarse de heroicos aconsejó al referírselos a Don Alfredo López-Blanco la familia debía pedir la laureada para aquél Capitán, pero no cita la fecha en que sostuvo ésta conversación. En su nueva declaración (folio 44 vuelto) dice no puede recordar la fecha, pero si puede asegurar que fue muchos meses después de ocurridos los hechos realizados por su compañero.
Al folio 27 se hace constar no parece que al Capitán Asensi, se le instruya ningún otro expediente de juicio contradictorio así como tampoco hasta el presente resultan, según oficio de la Comandancia General (folio 28), cargos contra él, por los sucesos ocurridos en este territorio en el año 1921 ni particularmente en la retirada del Zoco Telat-za (folio 46).
De todo lo expuesto parece resultar que la recurrente no pudo enterarse de los hechos realizados por su esposo hasta la fecha que dice, pero habiéndose publicado el Real Decreto de 3 de mayo de 1922 y habiendo tenido dos meses de plazo desde su publicación para hacer su solicitud, no parece admisible dejase transcurrir tanto tiempo sin promover su instancia , por lo que el Fiscal que suscribe crée no procede aconsejar se disponga de Real Orden la apertura de expediente de juicio contradictorio a favor del Capitán Asensi.
La Asamblea no obstante acordará.
Madrid 25 de Marzo de 1924"
Por su parte, el Fiscal Togado del Consejo Supremo de Guerra y de Marina, en fecha 27 de marzo de 1924, suscribió en todas sus partes el precedente dictamen de su ilustrado compañero el Fiscal Militar.
Elevado el dictamen precedente al Consejo Supremo, reunido en Pleno de 5 de abril de 1924, dicho Alto Cuerpo dio también su conformidad con el criterio de los fiscales y, una vez informado el referido expediente, lo remitió por conducto de su presidente para la resolución definitiva del rey Don Alfonso XIII.
El Rey, de acuerdo con el Consejo Supremo de Guerra y de Marina, resolvió el 25 de febrero de 1925 (fecha de la resolución 4 de marzo de 1925, ¡Once meses después del Pleno de 5 de abril de 1924! demora totalmente inusual y extraordinaria).
Dicha resolución no fue notificada personalmente a la familia, ni publicada en el Diario Oficial del Ministerio de la Guerra. La Cruz Laureada de San Fernando estaba premiada vitaliciamente con la pensión correspondiente al empleo en que se obtuvo, siendo ésta transmisible a las viudas, hijos y padres de los Caballeros fallecidos. La cantidad que hubiese correspondido a la viuda e hijos del capitán Asensi era de 2.000 pesetas (ex. Artículo 14 del Reglamento de la Orden de San Fernando de 1920), suma considerable para la época.
"¡Oh Dios, qué buen vasallo si hubiese buen Señor!". Cantar del mío Cid. Biblioteca Nacional, Madrid.
El autor dedicará la entrada correspondiente de este blog a estudiar detenidamente el expediente previo así como la resolución del mismo, antes referida. Se analizarán también las posibilidades de revisión del expediente que tiene la familia del capitán Asensi.
"El valor moral de la conciencia de un hombre se establece sólo a partir del momento en el que está dispuesto a dar su vida defendiendo sus convicciones". Mayor General Henning von Tresckow (1901-1944).
"Me han despojado de mis honores de oficial; el éxito y los hados me han sido adversos. Pero la Historia, incorruptible, tendrá la última palabra pues no tuve más ambición que cumplir con mi deber. La vida era bella". Comandante Roland von Hoesslin.
"PRO PATRIA MORTUIS HONOR ET PAX"
EN HONOR A LA VERDAD...
El General instructor que da nombre al famoso expediente, D. Juan Picasso González (Málaga, 1857- Madrid, 1935), fue muy crítico con lo ocurrido en la retirada de Zoco el- Telatza, llegando a decir que "es de notar la flojedad, desmoralización y desaliento que acusa esta retirada" y que correspondería apreciar a la superioridad militar si se correspondía al más alto partido del honor y el espíritu militar la decisión de retirarse hacia la zona francesa.
En su resumen-informe de lo ocurrido en el Zoco el-Telatza, el General Picasso cercenará el párrafo del informe del capitán Alonso Estringana donde se afirmaba literalmente lo siguiente: "consiguiendo la vanguardia pasar el desfiladero, antes de lo cual había rogado al capitán Asensio (sic) que con su compañía coronara las crestas de la izquierda". Ello contribuyó todavía más a que la hazaña del capitán Asensi no se reflejase en las conclusiones de Picasso, a pesar de que, como el autor ha demostrado, existían muchos indicios y testimonios en el Expediente Picasso del comportamiento heroico, o por lo menos meritorio, de dicho capitán.
Pues bien, el autor ha encontrado la sentencia de la superioridad militar a la que tantas veces aludía el General Picasso, como instructor del Expediente, para juzgar en definitiva lo ocurrido con la columna de Zoco el-Telatza.
Por sentencia del Consejo de Guerra de oficiales generales celebrado en Melilla, de fecha 7 de octubre de 1924, se absuelve al teniente coronel Saturio García Esteban del delito de negligencia por lo ocurrido en la retirada de Zoco el- Telatza. En uno de sus más importantes considerandos, la referida sentencia juzga lo ocurrido en el Zoco, de manera demoledora y en los siguientes términos (énfasis añadido):
"Considerando: Que aislada e incomunicada la columna, sin repuesto de víveres, falta de agua, con municiones escasas, atacada por numeroso enemigo, con la moral de las tropas deprimida y la de los moros elevada, su resistencia no podía prolongarse largo tiempo, por lo que NO HABIENDO POR OTRA PARTE RECIBIDO ORDEN DE MANTENERSE A TODO TRANCE ES FORZOSO ESTIMAR QUE LA SOLUCIÓN MÁS CONVENIENTE Y EN NADA CONTRARIA A LAS EXIGENCIAS DEL HONOR DE LAS ARMAS ERA LA RETIRADA POR SORPRESA QUE PERMITIERA SALVAR CUANTO MÁS SE PUDIERA DE LA COLUMNA".
Continúa el siguiente considerando afirmando: "Que en ese supuesto, también era lo más acertado buscar la zona francesa por ser el punto seguro más cercano, y ser el camino elegido el más propicio a la sorpresa del enemigo".
Esta sentencia, forma parte de una pieza documental de aproximadamente 1.740 folios, inédita y nunca analizada hasta ahora. Con esta sentencia, el alto mando cierra en falso lo ocurrido en el Zoco el Telatza y nunca más se vuelve a abordar lo ocurrido en dicha posición (espero que el lector advierta que la denegación de juicio contradictorio al capitán Asensi para la concesión de la Cruz Laureada se produjo el 4 de marzo de 1925, casi seis meses después de la absolución del principal responsable de la retirada). El autor dedicará los siguientes meses a estudiar detenidamente dicha documentación inédita y formular las correspondientes conclusiones.
Como avance y para hacer verdadera justicia a lo ocurrido, se adelanta en esta introducción del blog la referida sentencia que pone fin a dicha pieza documental.
El Consejo de Guerra, Tribunal que dictó tan reveladora sentencia, fue presidido por el general D. Juan García Aldave actuando como vocales el general D. Emilio Fernández Álvarez y los coroneles D. Antonio Cisneros, D. Ángel Morales, D. German Sanz Pelayo y D. Rafael Morelló; como ponente actuó el Auditor de brigada D. Pablo María Sichar y de fiscal el teniente coronel Martínez Marcos.
Juez instructor de la causa, para dilucidar las responsabilidades de los oficiales del regimiento África nº 68 en la retirada, fue el teniente coronel D. Ramón Jiménez Castellanos y Barreto.
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"Teniente coronel Saturio García Esteban" |
El teniente coronel Saturio García Esteban, jefe del II Batallón del Regimiento de África nº 68, dirigió la retirada de 22 kilómetros hasta la zona francesa. Nacido en Valladolid, el 2 de octubre de 1865, ingresó en el Ejército como soldado raso en 1885 ascendiendo rápidamente en el escalafón (en 1897 fue ascendido a capitán por méritos de guerra en la campaña de Cuba) hasta alcanzar el rango de coronel el 20 de noviembre de 1923. La Segunda República accedió a su solicitud de nombramiento como general de brigada honorario, cuando ya estaba disfrutando del retiro en la villa de Burjassot (Valencia).
A la pregunta formulada por el general Picasso para que el teniente coronel señalara los hechos de mérito recomendable en el comportamiento observado por toda su tropa con los de omisión, tibieza o desaliento que indujeran al decaimiento de la moral, García Esteban contestará el 18 de agosto de 1921 lo siguiente (énfasis añadido): "Que merece una distinción por el hecho de estar herido al frente de su compañía el capitán Prats. Los oficiales se portaron como buenos, mereciendo algún elogio el capitán Alonso, que mandó en la retirada las fuerzas auxiliares y sirvió de guía". Folio 212 vuelto del Expediente Picasso (FC-TRIBUNAL_SUPREMO_RESERVADO, Exp.50, N.1).
Volvía otra vez a quedar constancia del magnífico comportamiento del capitán Francisco Alonso Estringana (testigo directo de la hazaña realizada por el capitán Asensi) durante la retirada. Ante el general instructor, el teniente coronel García Esteban guardará silencio en relación con la muerte, en rudo combate y al pie de la avanzadilla francesa, del capitán Asensi, los tenientes Núñez y Anisí, y el alférez Alderete; así evitó dicho jefe la espinosa pregunta que pudo y debió hacer el general instructor: ¿Dónde estaba usted, teniente coronel jefe de la columna, cuando los rezagados trataban de acogerse a la avanzadilla de la posición francesa de Hassi Uenzga?. A pesar de ello, Picasso hará constar dichas muertes y sus circunstancias, teniendo en cuenta el parte redactado por el mismo teniente coronel en fecha anterior, concretamente el 10 de agosto de 1921 (folio 772 del Expediente Picasso). Con todo, Saturio García Esteban no consiguió evitar su procesamiento y posterior Consejo de Guerra por su actuación durante la retirada.
Un año después de su declaración ante Picasso, concretamente el día 27 de agosto de 1922, el teniente coronel García Esteban recuperará la memoria al declarar en Toledo lo siguiente (énfasis añadido): "Al empezar a amanecer le ordenó (se refería al teniente Arturo Mandly) adoptara el orden de combate quien tomo acertadas medidas, cubriendo con dos secciones casi toda la columna en el despliegue de las guerrillas por el flanco derecho y la tercera sección por el flanco izquierdo al mando del alférez D. Evaristo Falcó, conteniendo al enemigo con sus fuegos a la entrada del cuadrilátero de los montes Fetachas, mientras la columna tomaba y rebasaba el desfiladero de uno de ellos y como el enemigo muy numeroso le arrollara, observé la bizarría de aquél bravo oficial que desapareció gloriosamente con la mayor parte de las clases y soldados de las dos secciones, mereciendo su comportamiento, como hecho heroico, comprendido a mi juicio en la primera parte, párrafo primero y cuarto del artículo 54 del Reglamento". Folios 21 y siguientes del Expediente de juicio contradictorio para la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando a favor del teniente D. Arturo Mandly Ramírez.
Nunca sabremos por qué el teniente coronel García Esteban no informó al general Picasso, en su declaración de fecha 18 de agosto de 1921, del comportamiento heroico del teniente Mandly pero lo que resulta incuestionable es que si se hubiese abierto el juicio contradictorio a favor del capitán Asensi, hoy tendríamos más testimonios sobre lo realmente ocurrido en tan trágica retirada, pues habríamos podido leer no sólo declaraciones de oficiales de la columna sobre el comportamiento del capitán Asensi sino también las de los oficiales, clases y soldados supervivientes de su compañía. Ha sido una sorpresa para el autor comprobar que en el expediente del teniente Arturo Mandly no se tomó declaración al capitán Francisco Alonso Estringana, testigo presencial del sacrificio del capitán Asensi.
En cuanto a la herida del capitán madrileño Pedro Prats García, debemos aclarar que fue herido en "región posterior lateral derecha del cuello, con orificio de entrada en la cara posterior del referido cuello y de salida en la región lateral de pronóstico menos grave". Más tarde, la comisión de médicos pertinente calificó la herida de leve por lo que, a pesar de sus insistentes reclamaciones, se denegó al capitán Pedro Prats García la Medalla de Sufrimientos por la Patria. En 1942, indultado de la pena de prisión, causará baja en el Ejército al ser también condenado injustamente en 1941 a la pena de separación del servicio, por su negativa a sublevarse en Melilla el 18 de julio de 1936. Volveremos a hablar sobre este oficial, de firmes convicciones republicanas y que fue condecorado con dos Cruces rojas del Mérito Militar de 1ª clase.
"Capitán Pedro Prats García" |
Al ser preguntado sobre el comportamiento heroico del teniente Mandly, el capitán Prats García -que hizo la retirada montado en el caballo cedido por el alférez de Alcántara Montero, pues los rifeños le habían matado el suyo- declarará lo siguiente: "No conoció al teniente Mandly ni sabe nada de que haya realizado acto heroico alguno ni dónde se encontraba dicho teniente ni conoce nada relacionado con lo que se le pregunta por cuyo motivo no puede creerle comprendido en ninguno de los artículos del Reglamento".
El capitán Manuel Gil Rodríguez, jefe de la 5ª cía del 1er bón, declaró por su parte que: "Mandly iba en vanguardia y cree debieron matarlo pronto porque en la columna nadie daba cuenta de dicho oficial cuando llegaron a la posición francesa".
Este mismo capitán Gil declaró en otra ocasión que: "La columna avanzaba haciendo fuego en retirada durante el trayecto en armonía con el terreno hasta las alturas inmediatas al Cuadrilátero, donde ya la fuerza consiguió, al ganar las alturas de la otra vertiente, proteger el paso de la columna bajo un fuego mortífero". Corrobora así dicho testimonio la declaración del capitán Moreno Muñoz en el sentido de que, efectivamente, fue necesario ocupar una posición elevada en la cabecera de la columna, para proteger el paso de la fuerza española hacia la zona francesa (hoy sabemos que tan difícil misión fue asumida por la primera compañía del primer batallón mandada por el capitán Asensi).
El teniente Pedro Pérez Martín (también de la 5ª del primero) declaró que sí conocía al teniente Mandly pero que no vio ningún hecho heroico por la situación de las fuerzas y no permitirlo la configuración del terreno.
Por su parte, el alférez José Montero Montero, en declaración prestada en Zeluán el 20 de enero de 1923, manifestó que ignoraba si el teniente Mandly realizó actos heroicos.
La controvertida figura del teniente coronel García Esteban y su actuación durante la retirada de Zoco el- Telatza serán objeto de análisis en una entrada posterior. Absuelto libremente del delito de negligencia en la causa seguida para dilucidar sus responsabilidades en el desastre, por no haberse demostrado que hubiera realizado hecho punible alguno, lo primero que hizo Saturio García Esteban, una vez conocido el veredicto de la sentencia del consejo de guerra, fue entrevistarse con el Rey. Así, el autor ha localizado en un ejemplar del periódico "La Vanguardia", de fecha 18 de noviembre de 1924 (casi un mes y medio después de su absolución), la audiencia militar concedida por S.M. Alfonso XIII al teniente coronel Saturio García Esteban.
Era así la segunda vez que Saturio García Esteban se entrevistaba con el Rey. En la primavera de 1922, el rey Alfonso XIII concedió su primera audiencia militar al teniente coronel; en dicha audiencia, García Esteban le hizo entrega al monarca de su particular e interesado relato: "Defensa y evacuación de la posición del Zoco el- Telatza por la columna del Teniente Coronel Saturio García Esteban", cuya portada ha sido reproducida en una imagen anterior de esta entrada.
Estimado lector, terminada esta introducción del blog, en futuras entradas el autor narrará detenida y minuciosamente lo ocurrido desde la llegada de la compañía del capitán Asensi al Zoco el- Telatza, el 21 de julio de 1921, hasta la llegada de los supervivientes de la columna a Melilla, el 9 de agosto en el vapor "Bellver". Para ello se analizará a cada uno de sus protagonistas, haciendo constar sus respectivas declaraciones. Se concretarán, más detenidamente, fechas, horas y lugares.
En espera de recibir importante documentación de los archivos militares franceses, esta labor requerirá paciencia y un estudio minucioso. Palma de Mallorca, 15 de noviembre de 2013.
ÁLBUM DEL REGIMIENTO DE LÍNEA ÁFRICA NÚMERO 68. ZOCO EL- TELATZA 1921
Un valioso testimonio iconográfico de la presencia española en el norte de África y todo un referente del legado documental de la fotografía militar. Procede de la antigua biblioteca del Centro Cultural-Deportivo de los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire, donde estuvo alojado en la estantería dedicada a la Guerra de África.
En la actualidad, esta pieza gráfica de enorme valor documental, se custodia en el Archivo Militar Intermedio de Melilla, dependiente del Centro de Historia y Cultura Militar de Melilla, a cuya magnífica labor se debe la publicación de este álbum fotográfico. El Centro de Historia y Cultura Militar de Melilla tiene por función principal la protección, conservación, divulgación e investigación del patrimonio histórico, cultural, documental y bibliográfico del Ejército de Tierra en Melilla.
En palabras del coronel director de dicho centro, D. Hamadi Mohamed-Chej Mohamed-Lamin: "El Regimiento África 68, al igual que otras unidades militares de la época considerada, los años veinte del pasado siglo, en ocasiones acostumbraban a documentar sus posiciones, quehaceres y vida cotidiana de campaña. En este aspecto, la aportación de la fotografía se constituye en un testimonio documental muy apreciado hoy en día por historiadores e investigadores.Ya de por sí es muy difícil actualmente encontrar fondos de estas características conservadas en perfecto estado, pero en este caso alcanza aún más importancia, por estar datado en mayo de 1921 -dos meses antes de que se produjera el conocido como desastre de Annual, en el que este Regimiento quedó prácticamente deshecho- y aportar una visión completa de la circunscripción de Zoco T´latza en el que se encontraba ubicado. Este álbum fotográfico fue originariamente enviado como obsequio por el Coronel jefe del Regimiento África 68 al Barón de Casa Davalillo, general Felipe Navarro, 2º Jefe del Territorio de Melilla, tras una visita de inspección de éste".
El álbum fue presentado en Melilla, en mayo de 2013 y en el contexto de la celebración del Día del Libro. Fue editado y publicado por la Consejería de Cultura y Deportes de la Ciudad Autónoma de Melilla (Servicio de Publicaciones) y la UNED-Melilla.
El autor agradece al Centro de Historia y Cultura Militar de Melilla el envío del referido álbum para su posterior difusión. El lector puede ver dicho documento en el correspondiente enlace de la esquina superior derecha del blog.
LISTADO-RELACIÓN NOMINAL DE LOS SOLDADOS SUPERVIVIENTES DE LA PRIMERA COMPAÑÍA DEL PRIMER BATALLÓN DEL REGIMIENTO ÁFRICA NÚMERO 68. Compañía mandada por el capitán Francisco Asensi Rodríguez.
1.- Cabos: Francisco Segui Otón, Antonio Álvarez Méndez, Eduardo Vega Cedillo, Isidro Sáez Martínez, Honorio Martín Ramos.
2.- Soldados de primera: José de la Torre Robles, José Gutiérrez Gascón, Romualdo Muriana Herrera.
3.- Soldados de segunda: Armando Olín Rovira, Antonio Hernández Herrera, Antonio García Cuevas, Adolfo Artell Porcal, Benjamín Castellano Ramos, Baltasar Trueba Martínez, Carlos Castañeda Álvarez, Clodoaldo Monfort Rodríguez, Esteban Lote Olave, Francisco Ortiz Lorente, Faustino Fernández Quintana, Francisco Ferrer Montalbán, Fernando Yañez Fajardo, Francisco Carmona Rodríguez, Francisco Santos Cruz, Francisco Gómez Ungido, José Villaroel Fernández, José Gatell Torrens, Juan Sánchez Porras, Juan Lorenzo Cumpian, Juan Lorenzo Quintas, Julio Fuentes Domínguez, Juan Sánchez Collado, Juan Rico López, Manuel Molina Morilla, Manuel Rivas Díaz, Montserrat Lorente Ávila, Miguel Pardo Gómez, Miguel González López, Manuel Villar Sierra, Máximo Plaza, Manuel Palacios Morán, Miguel Tomás Franch, Manuel Cuevas Sánchez, Miguel Besnud Salvador, Miguel Guerrero Capeli, Pedro Balader Gallego, Pedro Justicia Molina, Raimundo Sáez Gómez, Salvador Martín Durán, Saturnino de Fe Alcalá, Severino Rivera Fernández, Tomás Beltrán Cervera, Vicente Valiente River, Vicente Barber Ferrer, Vicente Boix Alber(t).
LISTADO-RELACIÓN NOMINAL DE LOS SOLDADOS SUPERVIVIENTES DE LA TERCERA COMPAÑÍA DEL PRIMER BATALLÓN DEL REGIMIENTO ÁFRICA NÚMERO 68. Compañía mandada por el teniente Arturo Mandly Ramírez.
1.- Cabos: Prudencio Romo Rodríguez, Manuel Mostaso Ruiz, Jesús Treceño Guijarro.
2.- Soldados: Gabriel García Álvarez, Antonio García Pérez, Antonio Sánchez Nájera, Antonio Martín Ruiz, Cristobal Enrique Rodríguez, Domingo Bauzá Martín, Domingo Heredia López, Eulogio Arnado Expósito, Esteban Ortega Gómez, Eduardo Fernández Orellana, Esteban Calmernijo Cortés, Faustino Sierra Fernández, Federico Yumber Garriga, Francisco García García, Florencio Bagués Marcos, Fortunato González Blana, Francisco Esparza Villalba, Francisco Espert Antrich, Francisco Calle Crespo, Francisco Carmona Hernández, Gregorio Briones Amor, José Guardia Mateo, Juan Godino Expósito, José Poch Manero, Luis Mayo Carreras, Manuel López Maldonado, Marcelino Casado González, Miguel Boira, Manuel González Salicio, Miguel López Pérez, Manuel Gutiérrez Arribas, Paz Molina Martínez, Rafael Nevot Nevot, Santiago Rodríguez Fernández, Segundo Quintana Fernández, Vicente Torres Monfort, Francisco Martos Caparrós, Eugenio Doncel García, Fidel Calzadilla Pérez, José Rodríguez Ribas y Juan Rojo Martínez.
"Soldado don Francisco Esparza Villalba (1898-1968)" Fotografía del archivo familiar de Francisco Esparza Losada |
Uno de los soldados supervivientes de la compañía del valeroso teniente Arturo Mandly fue el valenciano don Francisco Esparza Villalba. Nacido en Castielfabib (Rincón de Ademuz, Valencia) el 26 de julio de 1898, en 1921 fue destinado a Marruecos con apenas 22 años y sería agregado a la tercera compañía del primer batallón a las órdenes del teniente Mandly y el alférez Evaristo Falcó Corbacho.
El autor agradece a su nieto, Francisco Esparza Losada, la información facilitada sobre su abuelo y las fotografías y documentación enviadas. En la fotografía superior, de estudio, Francisco aparece ataviado con el uniforme y alzacuello del regimiento África 68 (alzacuello donde puede apreciarse claramente el numeral de su unidad, así como en la hebilla del cinturón).
Afortunadamente Francisco Esparza Villalba regresó a su pueblo natal, una vez concluido su periodo de servicio militar en Marruecos (donde también prestaría servicio en el Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas), y allí continuó su vida, se casó y tuvo hijos; en Castielfabib continuaría trabajando la tierra, pues era agricultor. Y así, trabajando y labrando la tierra con un macho, murió el 8 de junio de 1968.
Muy interesantes eran las historias que contaba Francisco al cura del pueblo y a sus amigos, reunidos en torno a su mesa. Todos ellos comentaban la dureza de lo vivido y sus experiencias en Marruecos; fue tal la impresión de lo vivido que Francisco Esparza llegaría al extremo de cambiar hasta el día de su cumpleaños; en adelante lo celebraría el día de Santiago (25 de julio, patrón de España), porque en aquella ocasión "salvó la vida dos veces", según sus propias palabras.
En la memoria de su familia destaca el siguiente relato, que nos ha llegado difuminado por el paso del tiempo: "Fueron atacados por muchísimos moros que les hicieron una encerrona, siendo masacrados, y cayéndole encima numerosos compañeros muertos. Los moros llegaron a cogerlos prisioneros en una ocasión y, cuando iban a fusilarlos, él cayó de los primeros con otros -gravemente herido- y allí quedó entre los muertos (con un tal Casimiro -vecino de un pueblo cercano al suyo-, un gallego y otro asturiano). Después consiguió recuperar el conocimiento y deambular por el desierto, llegando incluso a beber su propia orina. Y entonces ¡apareció la figura del alférez don Evaristo Falcó Corbacho! que encontró al soldado de su compañía Francisco moribundo. Contaba el bueno de Francisco que su alférez le llamó por su nombre de pila, se lo cargó al caballo y se lo llevó con él, protegiéndole. Durante el resto del trayecto de la retirada, el alférez no paraba de hablarle continuamente para ver cómo se encontraba porque pensaba que su soldado se le moría.
Llegaron así a un río y contaba Francisco que el río no llevaba suficiente agua para apagar la sed que había pasado en los últimos días (el autor supone que ya en la zona francesa)".
Este sorprendente relato ha podido ser corroborado en parte, pues resulta estremecedor leer el testimonio del soldado Fidel Calzadilla Pérez, compañero también de Francisco Esparza y que se presentó en Melilla ante el teniente coronel de Estado Mayor don Vicente Calero Ortega, dando lugar al correspondiente atestado de fecha 27 de agosto de 1921. El soldado Fidel Calzadilla relató lo siguiente: "al pasar por una cortadura entre dos montañas fueron atacados por más de 2.000 moros, defendiéndose la columna, pero fueron hechos prisioneros el compareciente y unos 27 hombres más, quitándoles el equipo y la ropa, y llevándoles a unas jaimas donde había otros 30 prisioneros; conduciéndoles a beber agua fueron agredidos furiosamente y solo quedaron dos escondidos en unas matas logrando penetrar por la noche en la zona francesa. Fue detenido nuevamente y arrojado a un pozo del cual pudo salvarse a nado. En la zona francesa encontró a otro moro que lo socorrió y le enseñó dónde estaba el campamento francés, al que llegó el día 30 por la mañana".
De aquella odisea que vivieron juntos quedó en Francisco Esparza un sentimiento de enorme y eterna gratitud hacia el alférez de su compañía, Evaristo Falcó Corbacho, por haberle salvado la vida. Y entre ambos, se forjaría así una entrañable y duradera amistad, reflejada en un abundante intercambio epistolar a lo largo de los años. Amistad que ni siquiera truncaría la guerra civil, a pesar de haber luchado ambos -por azar e ironía del destino- en bandos diferentes.
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"Evaristo Falcó Corbacho (1895-1966)" Archivo Francisco Esparza Losada |
El alférez de la tercera compañía del primer batallón D. Evaristo Falcó Corbacho era gallego. Había nacido un 20 de enero de 1895, en la casa solariega del segundo teniente de infantería Germán Falcó, situada en la villa de Verín (Orense) que está emplazada en el centro de la fértil comarca del valle de Monterrei; el alférez creció en un entorno natural privilegiado, pues el precioso valle del río Támega y las montañas que lo circundan al Oeste (con el Alto de Valdeagua, a 940 metros de altitud) hacen del lugar un paisaje de singular belleza. Viejos árboles de ribera y pinos rodean la villa de Verín, que nació al pie de la importante fortaleza de Monterrei, construida durante la Baja Edad Media.
Evaristo Falcó Corbacho ingresó en la Academia de Infantería de Toledo el 7 de septiembre de 1914 y después de sus años de servicio en el Ejército de Tierra (donde incluso llegó a estar destinado en los Grupos de Fuerzas Regulares Indígenas del Protectorado) pasó a formar parte de la Guardia civil, en 1925; en dicho Cuerpo permanecería hasta el 21 de enero de 1957, fecha de su retiro con el grado de coronel.
Oficial con valor acreditado -pues, además de poseer la Medalla Militar de Marruecos (que luce en la fotografía superior con la graduación de teniente), fue condecorado con una Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo en 1923-, resultó también bastante afortunado. Don Evaristo salvó la vida en varias ocasiones, no sólo en la sangrienta retirada de Zoco el- Telatza sino también en la trágica Guerra Civil; encuadrado desde octubre de 1936 en el 5º batallón del Regimiento de Infantería "La Victoria 28" (que formaba parte de la 4ª Brigada Navarra del Ejército Nacional), la divina providencia le salvó de una muerte segura por segunda vez. Así, en las operaciones del 2 de diciembre de 1937 en el frente de Álava, fue herido de consideración al recibir un balazo con orificio de entrada por el lado derecho del cuello y salida por su nuca.
Casado en 1924 con doña Flora Calvo Piñón, el matrimonio tuvo cuatro hijos: Evaristo, Ángel, Flor y María José. La singular educación y apostura de este oficial resultará determinante a lo largo de su vida, como lo demuestran, no sólo las cartas que envió al soldado de su antigua compañía, Francisco Esparza, sino también el telegrama del alcalde de Foz (Lugo), de fecha 21 de junio de 1931, donde dicha autoridad agradece el loable comportamiento de don Evaristo, que con su celo y tacto logró evitar un día de luto en la constitución del Ayuntamiento de dicha localidad, durante la II República Española.
El coronel Falcó Corbacho falleció en Madrid, el 29 de julio de 1966 en el Hospital Militar del Generalísimo.
"Fortaleza de Monterrei" |
LOS HIJOS DEL CAPITÁN D. FRANCISCO ASENSI RODRÍGUEZ
Por ellos y a ellos está también dedicado este blog, para que perdure también su memoria entre los descendientes de las familias Asensi Mendoza y Laguna Asensi.
1.- D. José Alfredo Asensi López-Blanco.
"D. José Asensi López-Blanco" Archivo del autor |
Nacido en Burgos el día 17 de septiembre de 1917, a las 00:30 horas. Coronel de infantería, perteneció al Tercio Sahariano Alejandro Farnesio IV de la Legión, siendo además uno de sus más notables y caracterizados organizadores. Así, en diciembre de 1957 se hizo cargo, como comandante de infantería, del mando de la XI Bandera de dicho Tercio así como de la Plana Mayor e incluso, accidentalmente, de la mayoría del Tercio.
Entre los cargos más relevantes que ostentó destacan el de ayudante de campo del Gobernador Militar de la provincia del Sáhara, desde el 27 de febrero de 1967 hasta fin de 1971; ayudante de campo de S.E. Teniente General D. José María Pérez de Lema-Tejero, Capitán General de la 6ª región militar de Canarias hasta fin de abril de 1973. En este último cargo, el 2 de mayo de 1973, con motivo de la visita de SS. AA. RR. los príncipes de España Don Juan Carlos y Doña Sofía (futuros reyes de España), formando parte de la comitiva, acompaña al Capitán General en helicóptero a las islas de Hierro y La Gomera, regresando a Tenerife en el mismo medio de transporte.
Ostentó también el mando del Batallón de Cabrerizas número uno, desempeñando la importante misión de proteger los yacimientos y cinta transportadora de los fosfatos de Bu Craá (descubiertos por España en 1947), objetivo preferente de los ataques de los guerrilleros del Frente Polisario a principios de la década de los 70.
Perteneció también al Servicio de Intervenciones del Protectorado marroquí; en una primera etapa, desde diciembre de 1943 hasta fin de marzo de 1952, prestando sus servicios en lugares como Taatof, y en una segunda etapa, desde 1954 hasta el 30 de septiembre de 1956, fecha en la que desaparece el referido servicio como consecuencia de la independencia concedida a Marruecos.
Durante esta época en que, a petición suya, estuvo destinado como capitán interventor en el territorio del Kert (Marruecos oriental, territorio del Rif), el 4 de junio de 1954 fue destinado a prestar servicios en la cabila de Temsaman, oficina de Budimar, dedicándose por entero a investigar lo ocurrido en el desastre de Zoco el- Telatza intentando así esclarecer todo lo concerniente a su padre, el capitán Asensi.
Lamentablemente, el secretismo y hermetismo oficial con que era tratado todo asunto relacionado con el "Desastre de Annual" le impidieron lograr todo su propósito, pues nunca tuvo acceso al expediente personal de su padre, a pesar de saber que había sido propuesto para la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando; aún así, conoció y estuvo a las órdenes de Bocinos Villaverde, uno de los alféreces supervivientes de la compañía que mandaba su padre, durante el tiempo en que prestaba servicio como interventor en el territorio del Lucus.
D. José Asensi López-Blanco falleció en Málaga, el día 21 de diciembre de 1984. Gran aficionado a la historia y profundo conocedor de la lengua árabe y el "chelja" rifeño, que hablaba con fluidez, fue autor del libro "20 de septiembre de 1920. Episodios legionarios, Sáhara, seminario de la provincia. Aaiún, 1975", de imprescindible referencia para todos los historiadores de esta prestigiosa unidad del Ejército Español.
Casado con Doña Elisa Mendoza Carrasco el 5 de octubre de 1940, el matrimonio tuvo seis hijos: José Alfredo, Luis Carlos, Francisco, María Jesús, Fernando y Elisa.
"Elisa Mendoza Carrasco. Nacida el día 1 de enero de 1922 en Belicena (Granada)" La fotografía ha sido cedida por su hija, María Jesús Asensi Mendoza. Archivo de la familia Asensi Mendoza |
Este prestigioso oficial fue distinguido con las siguientes condecoraciones, entre otras:
- Medalla Militar Colectiva, concedida al 5º Tabor de Regulares de Infantería de Melilla, al que perteneció. Esta condecoración fue otorgada por la siguiente meritoria actuación de esta unidad durante la decisiva Batalla del Ebro: Una batería de artillería de la 13ª División fue copada y encerrada en una bolsa. El Mando de la División ordenó al 5º Tabor de Regulares acudir a rescatar a sus compañeros. La unidad, en vigorosa ofensiva, rompe el frente enemigo y protege el repliegue de la batería completa, con cañones y supervivientes, necesitando para ello abrirse paso en dura lucha cuerpo a cuerpo, con cargas a la bayoneta (hasta tres cargas fueron necesarias hasta llegar a Gandesa). El resultado fue recuperar la batería para la División a costa de muchísimas pérdidas para el Tabor.
- Medalla Militar Colectiva concedida a la 13ª División, a la cual pertenecía con el 5º Tabor. La heredera de esta prestigiosa unidad de élite del Ejército Español fue la famosa 1ª División Acorazada "Brunete", con sede en El Goloso (Madrid). Renombrada en 1996 como División Mecanizada "Brunete" nº 1, la unidad fue disuelta en el año 2006 tras la oportuna reorganización del Ejército de Tierra.
- Cruz de Caballero de la Orden de Cisneros (O.C. 18 de septiembre de 1958). La Orden de Cisneros es una distinción civil al Mérito Político que se concede en premio de relevantes servicios prestados a España.
- Medalla de Sufrimientos por la Patria.
- Cruz roja del Mérito Militar de 1ª clase.
- Medalla de Campaña.
- Cruz de Guerra. El motivo de la concesión será el haber realizado actos o servicios muy destacados que tuvieran una extraordinaria eficacia en el desarrollo de una batalla o combate.
- 2 Cruces de 1ª clase de la Orden del Mérito Militar con distintivo blanco (una de ellas pensionada).
- 3 Cruces de 2ª clase de la Orden del Mérito Militar con distintivo blanco.
- Autorización para el uso del distintivo de 4 galones dorados correspondientes a otras tantas heridas recibidas en acción de guerra.
- Medalla de África.
- Medalla del Sáhara por su participación en la zona de combate.
- La Orden de África en su categoría de comendador con Placa (D.O. nº 266 de 1968).
- Placa y Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo.
- Mención Honorífica sencilla por O.C. de 11 de Enero de 1960 (D.O. nº 8).
- Medalla de Bronce de la ciudad de Melilla.
- Medalla de la Paz de Marruecos.
- Insignia de la Orden de la Mehdauia, con el grado de oficial. Esta condecoración civil fue creada el 18 de agosto de 1926 por S. A. I. El Jalifa Muley el Mehdi Ben Ismael. El objetivo era distinguir los servicios prestados al Protectorado; la otorgaba el Jalifa a propuesta de las autoridades españolas.
- Distintivo al Mérito Interventor. O.C. de 24 de enero de 1955 (D.O. nº 20).
- Placa del Mérito deportivo en su categoría de Plata.
En su hoja de servicios consta la siguiente ampliación exclusiva del Sr. Coronel Jefe del IV Tercio Sahariano (1966): "Este Jefe por su gran espíritu e inteligencia es extraordinariamente apto para desempeñar cualquier misión que se le encomiende". El Excmo. Sr. Coronel Jefe de la Junta Calificadora del Tercio Gran Capitán I de la Legión correspondiente al año 1963: "Jefe muy trabajador y celoso de su misión". El mismo Coronel Jefe anota lo siguiente en el año 1964: "Acendrado espíritu militar y valioso colaborador del mando". 1970: "Jefe de gran espíritu militar, trabajador y de una gran eficiencia en cuantos cometidos se le encomiendan".
"Sala Histórica del Tercio Gran Capitán 1º de la Legión. Fuerte de Cabrerizas Altas" |
2.- Dª María Asensi López-Blanco.
"María Asensi López-Blanco" Archivo del autor |
Doña María Asensi López-Blanco nació en Huércal-Overa, provincia de Almería, el día 3 de noviembre de 1919, a las 9:00 horas de la mañana, mientras su padre estaba destinado, con la graduación de capitán, en la Caja de reclutamiento nº 40 de la correspondiente zona de reclutamiento.
Casada con el capitán de regulares de infantería D. Porfirio Laguna Luis (futuro General Gobernador de la plaza y provincia de Castellón), el matrimonio tuvo siete hijos: Francisco, José María, Porfirio, María Elena, María Cristina, Pilar y Carlos.
El General D. Porfirio Laguna Luis será el encargado de recoger el testigo dejado por D. José Asensi López-Blanco, continuando la tarea de intentar obtener toda la documentación e información posible sobre el capitán Francisco Asensi. Sin embargo, tampoco logrará su propósito, a pesar de sus denodados esfuerzos para esclarecer la verdad y todo lo ocurrido en el Zoco el- Telatza. Más adelante, el autor revelará un dato sorprendente sobre lo ocurrido en el Consejo de defensa en el que se decidió la retirada de la columna hacia la zona francesa; importantísimo dato obtenido en una conversación con el general Laguna.
"General D. Porfirio Laguna Luis (1909-1994)" |
Él mismo, relatará a uno de sus hijos, José María Laguna Asensi, lo infructuoso de sus reiterados esfuerzos, en una carta fechada en 1989 y en los siguientes términos (énfasis añadido):
"Si te fuera de verdadera precisión para tus fines, me lo dices y te indicaré donde podrían darte datos, pero no te lo aconsejo porque te van a traer como p por r, como me ha ocurrido con dos o tres cosas (una de tu abuelo, marido de mamá) del que no conseguí ni un dato, como si no hubiera existido, después de llevarme y yo escribir cartas y cartas, de archivo en archivo, desde el de Simancas hasta el de Indias, es un decir. Tenía pensado revolverme diciéndoles que cómo cobraba la pensión, pero no lo hice, no sea que se la quitaran, es un decir".
El General Laguna Luis falleció en Castellón de la Plana el día 6 de noviembre de 1994, sin lograr tan loable propósito. Estudioso de la cultura árabe, era capaz de hablar con fluidez dicha lengua y el chelja, idioma bereber hablado por los rifeños, a los que tenía sincero aprecio; estos conocimientos le permitieron mantener excelentes relaciones con los yebalíes y rifeños, durante sus años de servicio en el Protectorado español de Marruecos.
Y aquí viene otro hecho singular de esta historia, examinando el expediente personal y toda la documentación existente en el Archivo General Militar de Segovia sobre el capitán D. Francisco Asensi, el autor encontró el día 9 de noviembre del año 2012 (dentro del referido expediente personal) la instancia presentada el 12 de mayo de 1989 por Doña Piedad López-Blanco Barcelona (de 93 años de edad en aquel año), firmada por su yerno el General Laguna Luis y acompañada por la preceptiva declaración jurada de la viuda del capitán.
En dicha instancia, con la referencia nº 754/2144 (580-g, 1ª Secc./652), la familia solicitaba toda la documentación certificada correspondiente al capitán D. Francisco Asensi Rodríguez.
Sorprendentemente, dicha solicitud o instancia fue contestada ¡en 1989! con un enigmático y escueto "No aparece", contestación firmada por el coronel jefe del Archivo General Militar de Segovia en aquel tiempo.
Dicha contestación está actualmente incluida, junto con la referida solicitud, entre toda la documentación existente sobre el heroico capitán.
María Asensi, última protagonista de esta historia, falleció en la ciudad de Valencia el día 12 de marzo de 2008. En la memoria de sus nietos queda el recuerdo de oírle decir que era hija de "un bizarro capitán".
Durante décadas, cada vez que los nietos y bisnietos del capitán Asensi observaban su foto en el salón de la casa familiar, y preguntaban qué fue lo que ocurrió con su ascendiente, no obtenían otra respuesta que: "Desaparecido en Annual".
Ella fue quien regaló al autor, en el verano de 1998, el libro "Historia secreta de Annual" así como todas las fotografías que forman parte de su archivo. Esa fecha es el origen último de este blog y el punto de partida de las investigaciones realizadas por el autor en estos últimos catorce años.
"Una jovencísima María Asensi López-Blanco en la época en que residía en la ciudad de Melilla" Archivo del autor |
CONDECORACIONES DEL CAPITÁN D. FRANCISCO ASENSI RODRÍGUEZ
1.- En el año 1908. La Medalla de Plata de los "Sitios de Zaragoza" como comprendido en el Real Decreto de 9 de julio (C.L. Nº 126).
2.- En el año 1910. La Medalla de Plata de los "Sitios de Gerona" como comprendido en el Real Decreto de 28 de enero (C.L. nº 19).
"Medalla de Plata de los Sitios de Gerona, concedida en 1910" |
3.- En el año 1917. La Medalla Militar de Marruecos con el pasador "Melilla", según Real Orden manuscrita de 7 de febrero.
"Medalla Militar de Marruecos, concedida en 1917" |
CUERPOS Y SITUACIONES DEL CAPITÁN ASENSI DESDE SU ENTRADA EN SERVICIO.
- Batallón de cazadores de Llerena número 11, hasta fin de agosto de 1912.
- Regimiento de Infantería África número 68 (Melilla), hasta fin de octubre de 1913.
- Regimiento de Infantería León número 38 (Madrid), hasta fin de julio de 1914.
- En el cuadro para eventualidades del servicio de Melilla, hasta fin de agosto de 1914.
- Regimiento de Infantería África número 68, hasta fin de agosto de 1916.
- Regimiento de Infantería "La Lealtad nº 30" (Burgos), hasta fin de junio de 1918.
- Regimiento de Infantería "San Marcial número 44" (Burgos), hasta fin de julio de 1918.
- Caja de reclutamiento de Huércal-Overa nº 40 (Almería), hasta fin de enero de 1920.
- Regimiento de Infantería "Princesa número 4" (Alicante), hasta fin de septiembre de 1920.
- Regimiento de Infantería África número 68, hasta el 25 de julio de 1921 que falleció en combate.
"En el mes de mayo del año 2013, 92 años después de la sangrienta retirada de Zoco el- Telatza, un grupo de españoles (dirigidos por el investigador Santiago Domínguez Llosá) volvió al "Cuadrilátero". Llegaron al valle en un vehículo todoterreno y recorrieron a pie los últimos kilómetros del trayecto de la retirada, hasta las ruinas de la avanzadilla francesa del fuerte de Hassi Uenzga (en total 12,6 kilómetros en un recorrido de ida y vuelta). En la fotografía, de izquierda a derecha, aparecen Santiago Domínguez Llosá, Felipe García, Sergio Moreno (aficionado y participante en diversos rallyes y pruebas de conducción en el desierto) y Antonio Aragüez . A sus pies pueden verse las ruinas de la avanzadilla francesa y uno de los montes Fetachas. Archivo de Santiago Domínguez Llosá.
"Con Santiago Domínguez Llosá" |
"No hay iniquidad más negra que el olvido de los altos servicios. No sería España lo que es si no rindiera su admiración y entusiasmo a los que, allá en Marruecos, mientras otros faltaban a sus deberes, se excedieron en el cumplimiento de los propios". José Ortega Munilla (1856-1922).
Así se expresaba el padre del eminente filósofo español José Ortega y Gasset (1883-1955). José Ortega Munilla -escritor y periodista- escribiría el 24 de febrero de 1922, pocos meses antes de morir, un conmovedor artículo en el diario ABC elogiando la figura del capitán Manuel Bandín Delgado, muerto en la horrible masacre de Monte Arruit en julio de 1921.
Terminaba Ortega Munilla su artículo con estas conmovedoras palabras: "El capitán de Artillería D. Manuel Bandín Delgado merece quedar en la página áurea de la abnegación y del sacrificio. No quiero añadir ni una línea, ni una coma al relato que he reproducido. Ahí está todo: la grandeza de un alma, la obediencia a las Ordenanzas, el delicado, exquisito estímulo de la dignidad... Si el nombre del capitán Bandín Delgado no se perpetuase en la memoria de los españoles, habría que suprimir del alma la facultad del recuerdo. No se olvidará jamás la hazaña de Bandín. Él ha cubierto de gloria a su familia, él ha honrado a la Patria".
El autor volverá a hablar del capitán Bandín Delgado cuando revele, una vez analizada, la importante y novedosa pieza documental descubierta en diciembre del año 2013, en relación con la retirada del Zoco el- Telatza.
"Hospital Central de la Cruz Roja San José y Santa Adela (Madrid)" |
- JUAN PANDO DESPIERTO.- "Historia secreta de Annual". Temas de Hoy, Edición de 1998.
- SANTIAGO DOMÍNGUEZ LLOSÁ.- "Zoco el T´latza, el otro desastre". Revista de Historia Militar de 2001, Quirón Ediciones, Valladolid. Santiago Domínguez Llosa fue el precursor en el estudio de lo ocurrido en la circunscripción sur. Las fotos del campamento de Zoco el-Telatza han sido extraídas de su trabajo publicado en la Revista de Historia Militar. Es Santiago Domínguez Llosá, sin lugar a dudas, uno de los mejores investigadores especializados en el "Desastre de Annual". Su archivo personal es impresionante; a su meritoria labor se debe el que actualmente podamos conocer cuál era el verdadero rostro del capitán D. Francisco Alonso Estringana, personaje de verdadera leyenda. El autor está muy agradecido a la consideración mostrada por D. Santiago a la hora de ceder a este blog las imágenes referenciadas, que pertenecen a su archivo particular.
- "Expediente Picasso: Las Sombras de Annual". Editorial Almena, 2003.
- ANTONIO CARRASCO GARCÍA.- "Annual 1921: Las imágenes del desastre ("2ª edición")". Editorial Almena, 2005.
- SATURIO GARCÍA ESTEBAN.- "Defensa y Evacuación de la posición del zoco Telatza por el Teniente Coronel D. Saturio García Esteban". Toledo, 18 de mayo de 1922. Con dedicatoria al rey Alfonso XIII, el original así como su reproducción se encuentran disponibles en la Real Biblioteca del Palacio Real de Madrid. Signatura II/4059 (16). Este singular documento fue hallado por el autor en la Real Biblioteca una tarde del mes de septiembre del año 2012, sin que hasta esa fecha se hubiese hecho referencia alguna a la existencia de dicho documento original en ninguna obra de investigación histórica referente al "Desastre de Zoco el- Telatza".
- Coronel GÁRATE CÓRDOBA.- "España en sus Héroes". Editorial Ornigraf, Madrid 1969. El autor adquirió estos libros (2 tomos) en "Reciclaje", librería de antigüedades de Granada.
- Archivo Histórico Nacional. FC-TRIBUNAL SUPREMO-RESERVADO, Exp. 51, N.1 a N.21. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Gobierno de España.
- Álbum fotográfico del Regimiento África nº 68, publicado en el año 2013 por la Consejería de Cultura de la Ciudad Autónoma de Melilla en colaboración con el Archivo Intermedio del Centro de Historia y Cultura Militar de Melilla (fondo documental al que pertenece dicha obra). Patrimonio del Ejército de Tierra en Melilla.
- "Libro de Oro de la Infantería Española". Publicaciones del Memorial de Infantería (1928-1929). Ministerio de la Guerra de España. Adquirido por el autor en el año 2014, en Vindel Subastas y procedente de la biblioteca particular del Teniente General del Ejército de Tierra D. Emilio Alonso Manglano.
- "Expediente previo de apertura de juicio contradictorio para la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando al Capitán D. Francisco Asensi Rodríguez". Caja 430, Exp. 3487. Sección 9ª. Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
- "Expediente personal y hoja de servicios del capitán D. Francisco Asensi Rodríguez". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
- "Expediente personal de José Asensi Quintana: matrimonio, defunción (7880/12) y hoja de servicios (5300/285)". Archivo General de la Marina "Álvaro de Bazán". Ministerio de Defensa.
- "Expediente nº 37 instruido contra ALONSO ESTRINGANA, Francisco por el delito/s de Desafección al Régimen. FC-CAUSA_GENERAL, 294, Exp.21. 1936_01_01 / 1939-12-31". Archivo Histórico Nacional. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Gobierno de España.
- "Expediente personal y hoja de servicios del alférez D. Nicolás Alderete Heredia". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
- "Expediente personal y hoja de servicios del teniente D. Juan Mestre Martorell". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
- "Expediente personal y hoja de servicios del teniente D. Fernando Núñez Chavarría". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
- "Expediente personal y hoja de servicios del teniente D. Manuel Anisí de Lucas". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
- "Expediente personal y hoja de servicios del capitán D. Francisco Alonso Estringana". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
- "Expediente personal y hoja de servicios del capitán D. Andrés Molero Pimentel". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
- "Expediente personal y hoja de servicios del capitán D. Manuel Gil Rodríguez". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
- "Expediente personal y hoja de servicios del capitán D. Antonio Alcaine Albiñana". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
- "Expediente personal y hoja de servicios del alférez D. José Montero Montero". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
- "Expediente personal y hoja de servicios del teniente D. Arturo Mandly Ramírez". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
- "Expediente de juicio contradictorio para la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando a favor del teniente D. Arturo Mandly Ramírez". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
- "Expediente personal y hoja de servicios del teniente D. Ramón Mille Villelga". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
- "Expediente personal y hoja de servicios del teniente coronel D. Saturio García Esteban". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
- "Expediente personal y hoja de servicios del capitán D. Apolo Lagarde Leyva". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
- "Expedientes personales y hojas de servicios de los capitanes D. Pedro Moreno Muñoz y D. Pedro Prats García". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
- "Expediente personal y hoja de servicios del alférez D. Luis Muñoz Bertet". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
- "Expediente personal y hoja de servicios del teniente D. Daniel Herrera Merino". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
- "Expediente personal y hoja de servicios del teniente D. Manuel Corominas Gispert". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
- "Expediente previo de apertura de juicio contradictorio para la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando a favor del teniente de artillería D. Manuel Corominas Gispert". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
- "Expediente personal y hoja de servicios del alférez D. Eduardo Navarro Chacón". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
- "Expediente personal y hoja de servicios del teniente D. Miguel Morales Delgado". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
- "Expediente previo de apertura y expediente de juicio contradictorio para la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando a favor del teniente D. Miguel Morales Delgado".Caja 3895, expediente 30.945, sección 90. Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
- "Expediente personal y hoja de servicios del teniente D. Pedro Pérez Martín". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
- "Expediente personal y hoja de servicios del alférez D. Evaristo Falcó Corbacho". Archivo General Militar de Segovia. Ministerio de Defensa.
- JAVIER SÁNCHEZ REGAÑA.- Blog "Desastre de Annual". http://desastredeannual.blogspot.com.es/2012/08/las-48-horas-de-haf_2.html,Sin cuya inestimable ayuda y colaboración este blog no habría sido posible. Gracias por ayudarme a mantener viva la llama, espero que tu excepcional magisterio me sea de gran utilidad. El parte del teniente coronel Saturio García Esteban me fue proporcionado por D. Javier Sánchez Regaña y está disponible, digitalizado, en la web portal de archivos españoles del Ministerio de Cultura ("pares"). El mismo autor ha creado otro blog con el nombre "los nombres del desastre de Annual", notable labor en busca de la recuperación del ejército perdido del General Silvestre: http://losnombresdeldesastre.blogspot.com.es/2013/07/regimiento-de-infanteria-africa-68_9.HTML
- Las fotografías de los tenientes Manuel Anisí de Lucas y Daniel Herrera Merino, y las de los alféreces Evaristo Falcó Corbacho y Nicolás Alderete Heredia han sido proporcionadas por el investigador Javier Sánchez Regaña y pertenecen a las correspondientes orlas de ingreso en la Academia de Infantería de Toledo.
- El escudo y leyenda del Regimiento África nº 68 han sido extraídos de la web "blasoneshispanos.com".
- Agradeciéndole de antemano su confianza y consideración, la fotografía de Doña María Rodríguez Barcia así como el grabado del "Libro de Oro de la Infantería Española" me han sido proporcionados por D. José María Asensi Álvarez, nieto del Excelentísimo señor General de División y diplomado del Estado Mayor del Ejército, D. Víctor Asensi Rodríguez (1888-1972), que a su vez era hermano del Capitán D. Francisco Asensi Rodríguez.
- La fotografía de la orla de ingreso del teniente D. Juan Mestre Martorell (promoción de 1914) me ha sido proporcionada por el responsable técnico de la Biblioteca Central de la Academia de Infantería de Toledo, D. José Echevarría Cuesta, a quien agradezco también la confianza y consideración mostrada.
- La fotografía del Excelentísimo Teniente General D. Luis Aizpuru Mondéjar ha sido extraída del blog http://devale.blogspot.com.es/2012/06/campanas-de-marruecos-vii.html, y fue cedida a dicho blog por su bisnieto, D. Luis Aizpuru Rosado.
- Archivo de la familia Asensi Mendoza, a los que debo agradecer que hayan cedido a este blog la fotografía referenciada de D. José Asensi López-Blanco, así como innumerables datos familiares referentes a fechas y lugares. Gracias al coronel de infantería D. Francisco Asensi Mendoza el autor pudo saber que el capitán Asensi fue propuesto para la Cruz Laureada de San Fernando. De gran ayuda han sido también mis conversaciones con la familia Albero Asensi, a quienes agradezco la confianza recibida.
- PLÁCIDO RUBIO ALFARO.- "El 4º Tercio "Alejandro Farnesio"". Quirón Ediciones, 2004. El referido autor de este libro expresa su agradecimiento por su valiosa colaboración a Doña Elisa Mendoza y Doña Elisa Asensi Mendoza, viuda e hija, respectivamente, de Don José Asensi López-Blanco, Capitán interventor en el Jemis de Midar, Comandante del 4º Tercio de Villa Sanjurjo hasta su evacuación y Coronel en tierras saharianas.
- SIGIFREDO SAINZ GUTIÉRREZ.- "Con el general Navarro. En operaciones. En el cautiverio, prólogo del barón de Casa Davalillos, Felipe Navarro y Ceballos Escalera". Sucesores de Rivadeneyra, Madrid.
- ATLAS ILUSTRADO DE LAS GUERRAS DE MARRUECOS (1859-1926). Susaeta Ediciones, S. A.- Obra colectiva, con ilustraciones del pintor Augusto Ferrer Dalmau.
- La carta y fotografías del superviviente de la retirada Pedro Campo Solano han sido proporcionadas por su nieto, Blas Broto Campo. El original de la carta forma parte de su archivo familiar. El autor agradece a su gran amigo Blas la confianza y consideración recibida al permitir publicar en el blog parte de dicho documento así como la reseña biográfica enviada que pueden verse originales en el siguiente blog: http://pedroenelrif.com/
- Fotografías y documentación. Archivo personal del autor.
- La fotografía del alférez D. José Montero Montero y el ejemplar de la Revista de Higiene y Sanidad Pecuaria (febrero de 1922) han sido proporcionadas por su nieto, D. Ignacio Montero Ruiz, profesor del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
- Real y Militar Orden de San Fernando: el autor agradece su colaboración a esta prestigiosa institución así como al Ministerio de Defensa del Gobierno de España, por las facilidades dadas para desarrollar este trabajo de investigación, que no pretende sino honrar la memoria de nuestros soldados durante el desastre de 1921.
"Alcázar de Segovia. Sede del Archivo General Militar. Ministerio de Defensa" Fotografías del autor, 9 de noviembre de 2012. |
"Puerta de entrada al Archivo General Militar de Segovia en cuya sala de investigadores el autor ha podido recabar datos gracias a la extraordinaria colaboración del Ministerio de Defensa" |
NOTICIAS EN LA PRENSA.
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"El Diario digital El Confidencial publicó el día 14 de diciembre de 2013 un artículo dedicado a la figura del capitán Francisco Asensi. Su autor es Álvaro van den Brule" |
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